EL GALIMATÍAS DE LAS LISTAS .

El barco del soberanismo catalán ha chocado contra los intereses individuales de quienes hacían la travesía juntos, pero no revueltos; unidos por una idea común pero con con unos intereses muy partidistas y particulares: Sacar la mayor ventaja posible para el posible futuro político individual y, claro, la quilla de la nave se ha resentido. Los pasajeros han tenido que desembarcar y atracar el barco para intentar recomponerlo y, ahí está el problema que, no se ponen de acuerdo en el mejor tratamiento.
Primero propusieron Una Hoja de Ruta que por un motivo u otro Esquerra ,Unión y la Cup, Ómnium, La Anc y otras entidades de la sociedad civil soberanistas, cada uno pensando en su propio interés, no les acabó gustando y, vuelta a empezar, a rehacer, a quitar de aquí y poner allí para que después de muchos meses cada uno creara su propia lista. Luego se pensó en hacer una lista Unitaria pero como todos los políticos incluidos en ella buscaban cuantas más cotas de poder mejor,tampoco prosperó. A todo esto Mas llegó a decir que él no iría en esa lista.
Nuevos debates, nuevo bombardeo al pueblo sobre los inconvenientes para ponerse de acuerdo y nuevas propuestas: hacer una lista Unitaria por la independencia con gente civil  y/o políticos que ya no están en la política, con la novedad de que ahora Mas, sí quiere estar en la lista y, su inclusión o no en la candidatura es el mayor inconveniente que levanta un muro entre Esquerra, la Cup y las entidades civiles de CDC que sí apoyan la presencia de políticos en la lista o candidatura.
En medio de este maremagnum se produce la ruptura entre Convergencia y Unión porque esta no acepta la hoja de ruta del independentismo y es precisamente cuando Duran i Lleida aprovecha el terreno abonado de todas estas desavenencias por incorporar o no a políticos en activo a las listas para, hacer una crítica del bloque soberanista; algo que no ha caído muy bien en los pasajeros del barco anclado en el taller de reparaciones.
Bueno, y así llevamos un año, dos años? Y el circo aún no ha terminado la función.
Lo peor de todo es el espectáculo que estamos dando al mundo de incoherencia, de ineptitud y de lucha de intereses partidista. A nivel local están consiguiendo el hastío, la hartura y la indiferencia de un pueblo que asiste atónito, incrédulo, a tanta falta de inteligencia, a tanto desatino y a tanta lucha de poder y,   que, lo único que quiere es que este circo eche el cierre, que el barco vaya al desguace, que los fantasma que lo ocupan pasen a la quinta dimensión y, que se acabe todo de una vez, para bien o para mal, pero que se acabe y, que Catalunya florezca como en sus mejores tiempos. Los catalanes nos lo merecemos,¿o tal vez no? ¡¡Qui lo sá !!