lunes, 22 de febrero de 2016

UN REGALO DE REYES

Quiero dedicar este relato a: Xenka, Kiss, Indi, Jordi, Charly, Mafalda, Mel, Pinxu, ya todos los gatos y gatas del mundo.


Es seis de enero, día de Reyes. El día está lluvioso, ventoso y frío. Estoy sola. La familia ha salido a comer y celebrar el día en casa de un familiar. Yo, aquejada de un proceso griposo he preferido quedarme en buena casa disfrutando de paz, de una tranquilidad transitoria, y de una lectura.
Mis dos gatas, Xenka y Kiss están nerviosas; pasean entre mis piernas ronroneando y lanzándome a la cara maullidos cada vez más zalameros. Entiendo que piden sus cojines al lado del radiador de la calefacción; me agacho en medio de las dos, las acaricio.
_¡Qué frío hace hoy! ¿eh Beso? ¡Como sopla el viento fuera, Xenka!
Pongo los dos cojines frente al radiador y ambas se abalanzan a despatarrarse sobre ellos, parecen dos odaliscas de las mil y una noches.
Yo me acomodo en el sofá dispuesto a disfrutar de las aventuras de Charlie Brown. Noto que estoy adormilando y hago esfuerzos para mantenerme despierta. Al cabo de un tiempo me parece oír una especie de cuchicheo, levanto la vista y me parece ver que Xenka tiene su hociquito en la oreja izquierda de Kiss. Sonrio y me digo que alla ellas con sus juegos. Sigo leyendo. Unos minutos después me doy cuenta de que las dos gatas salen del salón sin hacer ruido. ¿Sigo leyendo? ; no sabría decir el tiempo transcurrido cuando las dos gatas se presentan ante mí, ¡erguidas, de pie, y vestidas con disfraces!
Me froto los ojos varias veces para creer lo que estoy viendo.¡Están vestidas de magas!!
Las dos llevan unas túnicas hasta los pies, mangas largas y amplias con estrellas doradas bordadas y un sol en la frente Xenka, y estrellas plateadas y una diadema con cabeza de serpiente en la cabeza de Kiss; en las manos portan una especie de báculo o vara o qué se yo, con una bola dorada en el extremo. Al verlas de esa guisa, no puedo dejar de reírme.
_ jajajajaja, pero,¡¡ cómo pudimos colocaros esos disfraces!!Jajajajaja
Pensando que están muy cómicos no puedo parar de reír. Están las dos muy serias delante de mí, muy dignas y esperando a que acabe mi risa. Xenka no puede esperar.
_Bueno, ¿hasta cuándo vas a estar riéndote de nosotras?
Doy un respingo tan grande que me pongo de pie y la risa se me corta en seco.
_He oído bien? ¡¡Xenka ha hablado!!
Sin darme tiempo a reaccionar Xenka, con los ojos en blanco reza:
_ ¡Divino Horus, dame paciencia con esta mujer!
Luego, volviéndose hacia mi, me dice:
 _Puedes seguir riendo hasta cuando quieras, pero te recuerdo que no nos queda mucho tiempo.
_ Poco tiempo para qué, digo intentando controlar la risa.
_ ¡ Siéntate y escucha!grita mi... ¿mi gata?
Como una autómata me siento con los ojos abiertos como platos y la boca abierta, y me dispongo a escuchar.
_ Relájate y cierra la boca, que pareces lela, dice Kiss.
_ Mira, continúa Beso; comprendemos que te hayas quedado.. bueno..., así de sorprendida, pero has de saber que cada año el día de Reyes tenemos el poder de hablar y de hacer realidad el sueño de alguna persona querida por nosotras y que ese día se sienta sola.
_ Pero, ¡yo no me siento sola!
_ Pero te queremos y hoy estás sola, que para el caso es igual, y es nuestro regalo de Reyes, dice Xenka.
_ Pero... Pero, ¿por qué tienes ese don?
_Has de saber, sigue diciendo Xenka, que los gatos en tiempos muy remotos fuimos dioses pero, cuando los bárbaros aniquilaron nuestra cultura perdimos parte de nuestros dones y los que nos quedan no nos atrevemos a manifestarlos por miedo a que nos quemen por brujos, no seria la primera vez; así que solo nos lo permitimos una vez al año y solo a la persona que queremos y que esté sola. Este año aprovechando la coincidencia de que estás sola en este día, Kiss y yo hemos pensado que tú vas a ser la persona elegida por nosotras, así que dinos: ¿dónde, qué país te gustaría visitar?
Yo me las miro a las dos pensando que las tres necesitamos una camisa de fuerza (son camisas especiales para los locos peligrosos) pero Kiss me lee el pensamiento y dice:
_ De acuerdo, piensa lo que quieras pero, dinos qué país te gustaría visitar. Ya te hemos dicho que no tenemos mucho tiempo.
_ Bueno, voy a seguiros el juego, puede ser divertido. ¡Me gustaría visitar Egipto! ¡¡Anda, a ver cómo salís de esta, graciosillas!!
Apenas he acabado de pronunciar el nombre del país cuando ya las dos gatas han puesto su báculo sobre mis hombros y de repente me encuentro en medio de un paisaje totalmente desconocido. Yo ya no sé si estoy soñando o despierta, si estoy loca o cuerda. Estoy en medio de una calle desconocida, amplia como una avenida, con palmeras a ambos lados, bulliciosa por la cantidad de personas que van de un sitio a otro, vestidos con ropas de vivos colores y de la época de los faraones. En el lado opuesto de donde me encuentro se ven las aguas de un ancho río, el Nilo, digo para mí. Me siento como un bicho raro con mi minifalda marrón, un jersey de lana verde, mis medias negras y mis zapatos planos. La gente me mira extrañada y se tapan la boca riéndose de mi aspecto y lo más increíble es que los entiendo, ¡hablo su mismo idioma! Intento ver a mis gatas, pues a la vez que fascinada, sin ellas me siento perdida, pero no las veo. Al fin las diviso, están a pocos pasos de mí. Han cambiado de vestuario. Ya no llevan túnica larga, sino una blanca hasta las rodillas ( Dios mío, pero ¿los gatos tienen rodillas? ) y tableada por delante. En la cabeza se han colocado una especie de corona, turbante o diadema que delante, en el espacio de la frente lleva una cabeza de buitre y otra de serpiente que digo yo, que serán las diosas Uadjet y Nejbet representantes del alto y bajo Egipto, ¡¡Y caminan a dos patas!! ¡Madre del amor hermoso, me digo a mí misma, esto no puede acabar bien! 
Me sonríen con sus grandes ojos azules y me hacen señas para que me acerque; cuando estoy junto a ellas Kiss hace un gesto con la mano, ¿O es pata delantera? ¡Oh, Dios, esto es de locos! y al momento aparecen cuatro egipcios portando algo que a mi me parece un palanquín dorado con cortinas bordadas en oro y plata y en los bordes unas cenefas muy bonitas. Se paran delante de mí, me hacen una reverencia mientras hacen esfuerzos para contener la risa que les causa las pintas que hago y, la verdad, tanta guasa ya me empieza a cabrear un poco; separan las cortinas para que entre, espero la aprobación de mis gatas que asienten con la cabeza. Subimos las tres y pienso, "que sea lo que Dios quiera". Pasamos por varias calles muy parecidas a la primera, aunque muchas de ellas son de tierra, sin asfaltar.
Durante el camino Xenka me explica:
_ Estamos en Tebas, y es la ciudad más importante de Egipto. Hay tanto bullicio porque hoy se cumplen años de la coronación del Faraón y todos están invitados a una comida en las dependencias del palacio habilitadas para este día.
_ ¿Y adónde vamos? le pregunto.
_ Al palacio real, responde Kiss. El Faraón ha sido informado de la llegada de una extranjera y ha accedido a recibirte.
_ Pero, cómo voy a presentarme con estas ropas de las que todo el mundo se ríe!! respondo
Esta vez es Xenka la que sonriendo me dice:
_ No te inquietes; el Faraón quiere que te encuentres cómoda y con la ropa de aquí supone que no lo estarás, por eso te permite que lo veas con tu vestimenta habitual.
_ Bien, eso me tranquiliza, afirmo no muy convencida de lo que digo.
En este momento el palanquín se para y soy invitado a bajar de él.
Si antes me quedé boquiabierta, ahora no sé cómo quedarme pues, ante mí se alza el palacio más grandioso y majestuoso que he visto nunca. Está construido con bloques de piedra caliza roja y decorado con multitud de relieves y pinturas con escenas de la vida diaria de los egipcios. De pronto recuerdo que este palacio me es familiar, ya lo he visto antes; ¡claro, en el libro "El Egipto Faraónico" que tengo en casa, solo que el del libro está medio derruido pero, sí, es el mismo. Me detengo a admirar las escenas representadas pero Kiss me da un tirón de la falda que por poco se me cae al suelo y no tengo más remedio que dejar el arte para otro momento.
 Siempre escoltada por mis dos gatas subo unas grandes escalinatas que desembocan en un mar de columnas donde a través de ellas se llega a un gran salón donde al fondo y sentado en un trono dorado me espera el Faraón.

Caminando entre mis dos gatas me voy aproximando al salón del trono; mientras camino intento aparentar una tranquilidad que en absoluto siento, sin embargo Kiss y Xenka parecen estar en su casa. La estancia está repleta de hombres y mujeres vestidos de forma que parece de gala. Algunos hombres llevan un tocado a rayas azules y amarillas, creo que se llama Nemes, y ajustado a la frente; otros portan pelucas cuadradas hasta el cuello. Algunas llevan túnicas largas y otras cortas y plisadas por delante. 
Las mujeres también llevan pelucas cuadradas hasta el cuello y unas diademas ajustadas a la frente como si fueran coronas con una cabeza de serpiente y de un buitre. Están reclinados o sentados en cojines altos; hablan alegremente pero el estupor que les causa mi entrada origina un corto silencio que al momento se convierte en un cuchicheo de preguntas y respuestas. Me voy fijando en todo esto mientras sigo avanzando hacia la zona donde se encuentra el Faraón. Cerca del trono veo a un grupo de jóvenes vestidos ricamente y sentados, todos menos un muchacho de rostro agraciado y buena figura de unos veinticinco años que mira altiva y desafiadoramente al Faraón. A la izquierda de este y en un sillón de madera policromada está sentado un noble dignatario con una niña pequeña como de diez años en brazos.
_Levántate y acércate mujer extranjera,dice el Faraón.
Su voz me ha parecido fuerte, enérgica, pero melodiosa al mismo tiempo, y despacio y sin atreverme a mirarlo avanzo hacia el trono.
_ Puedes mirarme , tienes mi permiso especial, mujer, porque especial es también que tú estás aquí.
Levanto la cabeza y lo miro. Sus ropas y atributos sus reales son masculinos, pero..¡cielos, es una mujer! y mi cabeza se pone a trabajar deprisa intentando recordar la historia de Egipto: "Si el Faraón es Faraona esta debe ser ¡la dama del Nilo, o sea Hatshepsut" de la dinastía XVIII! Entonces dirijo mi mirada hacia el noble y la niña y creo reconocer el noble rostro de Senenmut el que fuera primer ministro, máxima administrativa del todopoderoso clero de Amón, y arquitecto de Hatshepsut( el que constuyó el templo maravilloso de Deir al Bahari) ya la princesita Neferura
_ Pero, pero, tú, Ud, no...
No puedo acabar de hablar. Xenka me hace señas de que me calle pero el Faraón la manda callar con un gesto de la mano.
_ Déjala que hable. Dime, qué es eso que querías decir, extranjera
_ Pues.. que sois una mujer, que sois ¡el Faraón Hatshepsut!
_ Veo el desconcierto en tu rostro, extranjera, dice la reina.
_ Majestad, esperaba encontrarme con un Faraón masculino pero, no estoy desconcertada sino maravillada por tener la suerte de conoceros a vos , al noble señor Senenmut ya la princesa Neferura
_ Cierto, sí soy Maatkara Hatshepsut. Veo que mis consejeras Bastet y Neith no se equivocaron al decirme que eres conocedora de mi reino y mis gentes.
La reina se levantó, vino hacia mí.
_ Hoy celebramos los veintitidós años de mi coronación y todo mi pueblo está invitado a una comida; quiero que tú participes de ella y mientras degustamos los manjares me explicarás tantas cosas que quiero saber de allá de donde tú vienes.
No presto atención a lo último que dice la reina. Mi cabeza solo repite los veintidós años de su reinado. ¡Oh, no, esos son exactamente los años que reinó según cuentan los libros, los arqueólogos!! ¡ Oh, Dios, no, que se hayan equivocado por favor!!
_ ¿ Te encuentras mal mujer? Tu cara ha cambiado de color y tu gesto es de sufrimiento.
_ Perdonadme majestad, ya estoy bien, ha sido un mareo sin importancia. 
Pero mi cabeza seguía hilando fechas. "22 años, 22años...."
La reina hizo un gesto con la cabeza y al momento un esclavo trajo un mullido cojín y lo colocó frente a la reina.
_ Ven, siéntate, tengo muchas preguntas que hacerte y tú, muchas que responderme.
Intento acomodarme lo mejor que puedo pero la falda mini que llevo me impide sentarme con un mínimo de clase. Hatshepsut no puede contener la risa y ordena a una esclava que me proporcione ropa adecuada.; sigo a la sirviente (que, por cierto, lleva una túnica blanca ajustada sin mangas,con un solo tirante dejando uno de sus pechos al aire pero, nadie repara en ello pues casi todas las esclavas visten así), hasta una estancia repleta de  muebles muy parecidos a nuestros armarios, de madera labrada: de uno de ellos saca una túnica azul, y otra  de lino blanca con cenefas pintadas en mangas, cuello y borde bajo; elijo esta última, una peluca cuadrada negra , una cinta multicolor con hilos de oro y unas sandalias. Dejo que me ponga la túnica y casi sufre un desmayo al verme el sostén una prenda femenina que no conocen, pues generalmente las esclavas suelen llevar uno de los pechos desnudos. Rechazo la peluca y las sandalias y acepto en cambio ponerme la cinta alrededor de la cabeza, y con esta facha soy de nuevo conducida  al comedor que para mi asombro está repleto de personas que como  en fila india uno a uno se van postrando ante Hatshepsut en un respetuoso saludo para seguidamente ir ocupando los cojines vacíos. Hatshepsut con la mano me hace señas para que me acerque.
_ No harías mal papel si fueses egipcia, extranjera.
 Dice sonriendo al verme con la túnica y la diadema en la frente.
_ ¡Oh, por favor, majestad, no os riáis  de mí y os pido disculpas por estar tan ridícula, le digo con una inclinación de cabeza.
_No es mi intención extranjera, estás muy bien, solo desentona un poco tu color de piel y de tu pelo. Ven, quiero presentarte a mi primer ministro y a mi heredera.
_ ¿ Al noble Senenmut artífice de vuestro maravilloso templo y a vuestra hija la princesa Neferura?
_ Sí, no hay duda de que mis dos consejeras tienen razón.
 El cojín que estaba frente a ella ahora está a su derecha y me invita a sentarme a su lado; Senenmut y Neferura están a su izquierda.
Me giro hacia el lado del primer ministro y con una inclinación de cabeza correspondo a su saludo y al de la princesa.
 Delante nuestro han colocado unas mesas de cortas patas, todas
 repletas de manjares de caza, pesca y variedades de fruta. Mis gatas van de un lado a otro dando órdenes a todo el mundo.
Me fijo en la reina: es como la vemos en las estatuas: Cara redonda y de facciones armoniosas, grandes y escrutadores ojos, de mediana estatura y un poco llenita de carnes para los patrones femeninos de nuestro siglo veintiuno. Lleva colocada las dos coronas, la roja o desheret que simboliza al Bajo Egipto que acaba con una cabeza de serpiente por personificar a la diosa serpiente Uadyet, y acoplada a esta luce también la corona Blanca o Jedyet símbolo del Alto Egipto acabada con una cabeza de buitre  que  personifica a la diosa buitre o Nejbet. Esta corona es cónica y  es la más antigua y las dos representan la unificación del Alto y del Bajo Egipto. Lleva también un atributo real masculino que es una especie de barba trenzada. Debo reconocer que me impone tanta majestad.
Una especie de chambelán o maestro de ceremonias, o yo qué sé, sale al centro de la sala y da tres golpes en el suelo con una especie de bastón grueso con forma de serpiente y se hace un silencio. 
_" El Faraón va a hablar" Dice fuerte.
Todos los presentes en la sala agachan la cabeza con respeto pero me doy cuenta que el mismo joven de mirada altanera que vi al entrar, ha mantenido la cabeza erguida, yo diría que hasta desafiante durante la presentación que de mí ha hecho la reina; pienso que sus facciones me son familiares.
Retomo el discurso de la reina que en este momento está diciendo:
_ " Y ha venido de un país muy distante y distinto del nuestro invitada por mis consejeras Bastet y Neith y espero que todos contribuyáis a que su estancia entre nosotros le sea agradable".
Mi gata Bastet /Xenka, me indica que me ponga de pie y salude, y me levanto e inclino la cabeza en señal de saludo.
El chambelán vuelve a dar tres golpes en el suelo con el báculo y todo los presentes se ponen a hablar y a disfrutar de la comida.

Algunas mujeres de la corte se me acercan y riendo tocan mi pelo rubio y mis hombros desnudos. Para ellas debo ser un bicho raro pues los egipcios no son negros pero tienen la piel más oscura que la nuestra, tienen el pelo negro y yo no uso peluca.
_ Olvídate de ellas, me dice la reina.
_ Tienes muchas cosas que contarme.
_ Preguntadme lo que queráis, majestad.
_ Sí, pero mantendremos esta conversación en mi sala de trabajo. Estaremos más tranquilas.
Hace un gesto a mis dos gatas para que nos acompañen y entramos en una pequeña sala con una mesa y varios sillones. Nos acomodamos en ellos.
_ Dime, ¿Perteneces a algún hombre?
_Sí, majestad, estoy casada.
_ Cuantas esposas tiene tu esposo?
_¿Esposas, majestad? No, solo a mí
_ Cómo es eso, acaso es muy pobre?
_No, no majestad. En mi país no funciona así el matrimonio
¿Matrimonio? y qué es eso extranjera?
_ Bueno es como llamamos a la unión de dos personas; cuando una pareja se casa son un matrimonio. Los hombres solo se casan con una mujer, si al cabo de un tiempo el amor que se tenían se acaba, se separan y se pueden casar con otra.
_ Si se casa con otra, quién mantiene y quién cuida de la primera? 
_ Veréis, intentaré explicároslo majestad. En mi país todo el mundo trabaja; incluso la mujer tiene derecho a un trabajo remunerado, es decir recibe una paga por el trabajo realizado y con ese dinero se compran las cosas que se necesita para vivir. Si los esposos se separan y tienen hijos pequeños el marido debe pasarle a la mujer una cantidad mensual para contribuir a los gastos de los hijos. La mujer también tiene el mismo derecho a la educación que los hombres. Hay mujeres médicos, maestras, enfermeras, ingenieras, cosedoras, otras limpian las casas de otros recibiendo un sueldo a cambio.
_ Y los esclavos y esclavas, ¿de qué se cuidan, mujer?
_ Majestad, en la época en que vivo ya no hay esclavitud como  vos la conocéis; ahora ese tipo de esclavitud está prohibida pero tenemos otro tipo de esclavitud, majestad, las personas legalmente somos libres pero.....
_ Sigue, mujer.
_ Pues que todos queremos tener de todo y de lo mejor y eso te crea una necesidad de dinero, de moneda para poder comprarlo, y te pasas la vida trabajando, o robando, incluso matando para tenerlo.
_¿ Quieres decir que en la época de donde vienes matan y roban por tener cosas?
_ Sí, majestad pero son castigados por la ley.
_ Ni me gusta ni te entiendo muy bien pero, sigue. 
_Cuando se casan, los nuevos esposos buscan una casa para ellos solos que puede ser de compra o pagando un alquiler.
_ Entonces necesitaréis mucho terreno para que cada pareja tenga una casa, y¿ qué es alquiler?
__ En las ciudades de mi época majestad no se construyen casas bajas; se construyen casas de muchas plantas de pisos, algunos son tan altos que los llamamos rascacielos y en cada uno de esas plantas pueden haber desde dos a seis viviendas.
_ ¿ Unas casas encima de otras y con tantos pisos? Resultará agotador bajar y subir tantas escaleras. Por esa razón nosotros construimos como mucho dos plantas. Abajo, animales y cocina y arriba las zonas nobles.
_No, No, majestad. No importa lo alto que sean las casa en mi país pues disponemos de ascensores.
__As qué?
_Ascensores. Son elevadores: unas cabinas en las que a través de cables eléctricos se elevan y te van dejando en el piso que cada uno le indica y..
_Algo así como hacemos en Egipto para mover los molinos o subir cargas a través de cuerdas tiradas por animales? me interrumpe la reina 
_Sí, majestad., pero sin animales, a través de la energía eléctrica.
_ No entiendo qué quieres decir con energía eléctrica mujer del futuro. Con tiempo, me lo has de explicar mejor. No me vendría mal que te reunieras con mi arquitecto y le hablaras de todas estas cosas que para mi son nuevas y no logro entender.
Ya sé que es complicado de entender y yo, majestad siento no saber explicároslo mejor pero lo importante es que la gente no tiene que utilizar las escaleras para acceder a su vivienda.Y bueno, si la casa es de una persona  pero no la ocupa, se la presta a otros firmando un contrato donde consta la cantidad  de dinero que han de pagarle cada mes; eso es un alquiler. De hecho majestad se puede alquilar todo, desde barcos, casas, coches...
_¿Coches?
Majestad, los coches son un medio de transporte.
_¿Como nuestros carros?
_No, no. son..cómo se lo explico.. como cabinas metálicas y cerradas con asientos muy cómodos con cuatro ruedas y un motor que va con gasolina, sí, es un líquido negro que hace que el coche ruede hacia donde uno lo dirija, aunque también se está experimentando con energía solar, con el calor del sol.
_Me parece que me estás enredando extranjera.
_ No majestad, interviene mi gata Kis/ Neith, lo que os está diciendo es cierto. pensad que son cientos de siglos los que os separan y en ese tiempo se han hecho muchos descubrimientos y muchos adelantos.
_Sigue pues.
_ Si los matrimonios quieren pueden tener hijos, pero si no quieren no los tienen pues podemos controlar la natalidad con fármacos.
_ Qué son Fármacos?
_ Son substancias elaboradas en laboratorios que tomándolas impiden los embarazos .
_ Bueno, eso también lo controlamos nosotros con pócimas vegetales.
_ Lo sé majestad.
_  Mujer del futuro, creo que no me gustaría vivir en tu mundo.
_ Yo también lo creo así majestad pero, no creáis, no se vive tan mal. Perdonad majestad puedo haceros una pregunta? 
_ Puedes, pero antes dime,De qué país dices que vienes y de qué época? 
_ Vengo de España
-¿España? ¿ Dónde queda ese país? 
_Muy al norte, majestad. Para llegar a él hay que cruzar al otro lado del gran mar que hay al norte.
_ Nunca salimos de campaña hacia el norte más allá de las montañas del Sinaí; durante mi reinado he protagonizado seis campañas de guerra pero siempre hacia el sur, pues los habitantes de esas zonas no cejan en su afán de invadirnos. Y dime, de qué época decías que venías?
_ No os la he dicho, majestad. Estamos en el siglo veintiuno, en el año 2016. Según los estudios realizados por gente especializada, a su civilización y a la mía las separan casi cuatro mil años.
La reina se queda pensativa largo rato y susurra un " no puede ser tanto, pero.. si es cierto, debe ser verdad lo que me cuentas". 
Hatshepsut me mira con la mirada puesta en algo invisible, como si estuviese ausente, pero se repone enseguida.
_ Cual era la pregunta que querías hacerme? Pregunta.
Mi gata Xenca me hace un gesto para que sea discreta pero la reina la ve y dice
_ Bastet, déjala, tiene mi permiso para preguntar lo que quiera.
_ Veréis majestad, cuando me presentabais he visto el respeto que vuestro pueblo os profesa pero me ha sorprendido ver a un joven que os miraba desafiante, no será el príncipe Tutmosis? perdonad mi atrevimiento si la pregunta os incomoda.
La reina mueve la cabeza y suspira.
_ Efectivamente, se trata de Tutmosis; es el hijo de mi marido y hermanastro fallecido hace años y de su tercera esposa.
_ Y por qué mantiene esa actitud hacia vuestra majestad?
_ Él cree que el trono de Egipto le corresponde a él por herencia pero será después de mí y de mi heredera la princesa Neferu-Ra. Yo soy nieta e hija, de grandes  faraones. Mi padre el gran Tutmosis I ya desde mi nacimiento me adiestró para que fuese su heredera pues mi hermanastro Tutmosis II era un hombre débil para llevar las riendas de este reino; solo se preocupaba de la caza, las fiestas y las concubinas, por eso desde el mismo momento en que mi madre fue fecundada por el Divino Dios Amón Ra a través de mi augusto padre, este decidió que debía ser yo quien preservara todo aquello que él había logrado para Egipto, y por eso me hice coronar como faraón. Gracias a los sabios consejos de mi buen arquitecto y primer ministro Senenmut y Hapuseneb mi visir y sumo sacerdote de Amón, no solo lo estoy conservando sino engrandeciéndolo, pero Tutmosis, mi sobrino e hijastro, piensa que le he robado el trono, por eso mantiene esa actitud hacia mí y junto con tres jóvenes nobles amigos suyos conspiran para destronarme, o acabar con mi vida.
_ ¡No digáis eso majestad!
_ ¡Es muy duro ser reina y viuda en un país de hombres, extranjera!
_Lo sé, majestad, y por eso os admiro tanto. Para mí sois la primera mujer que enarboló la bandera feminista en toda la historia del mundo. Siempre, desde que a través de los libros supe de vos, os admiré.
_No entiendo bien tus palabras. Dime, ¿ qué quiere decir feminista?
_ El feminismo es un movimiento que reclama el derecho de la mujer a ser igual al hombre y no inferior a él. Si el hombre  puede ser rey que ella pueda ser reina, si el hombre puede votar, ella también, que a igual trabajo igual sueldo... En fin majestad, creo que lo entendéis.
_ Por supuesto que lo entiendo: y sí, tienes razón, visto así, creo que pudiera ser yo la primera pero, créeme si te digo que, no sé cuanto tiempo podré mantenerme en el trono. Mientras Tutmosis ha sido pequeño he podido controlar sus ansias de poder pero, ya es un hombre y cada día se me hace más difícil controlarlo; mi hijastro tiene muchos adeptos y muy peligrosos.
_ ¿Teméis por vuestra vida majestad?
_ Tú extranjera que vienes del futuro lo sabes mejor que yo cuándo voy a morir para cruzar al otro lado del río en la Barca Sagrada de mi Divino Padre Amón Ra, y a manos de quién pero, no me lo digas, que mi destino, el que sea, se cumpla; no haré nada por cambiarlo; sucederá lo que el divino Amón Ra, tenga dispuesto para mí.
_ No os revelaré nada de vuestro futuro, majestad, pero permitidme deciros que a pesar de los esfuerzos del futuro gran Tutmosis III por haceros desaparecer de la historia de Egipto no lo conseguirá; que hombres y mujeres de mi época  amantes de la historia de este hermoso país, vendrán y os sacarán a la luz y os harán brillar tanto como brilla la estrella Sirio cada noche, y se os considerará como uno de los mejores faraones que ha gobernado Egipto; que el bellísimo templo que Senenmut os ha construido en Deir Al Bahari se conservará intacto por los siglos de  los siglos para deleite de todo aquel que lo contemple, y que vendrán gentes de todos los países del mundo para admirarlo, incluida yo, majestad.
_ Tus palabras quieren decir que ya habías estado en mi país?
_ Sí, majestad, pero en mi tiempo, y por eso os digo que vuestro templo sigue intacto a pesar de los miles de años.
_Tus palabras me alegran el corazón, extranjera. Dime,¿ cual es tu nombre? 
_ Ascensión, majestad pero, podéis llamarme Sensi.
_ Sí, es más corto y más fácil de pronunciar. Bien, Sensi,puedes permanecer en mi país el tiempo que quieras, mis dos consejeras te acompañarán a donde quieras que vayas y, no olvides que tienes una entrevista con Senenmut, mi arquitecto para que le hables de esa..electricidad? y despedirte de mí cuando partas; es mi deseo que me cuentes más cosas de tu mundo.
_ Os estoy muy agradeci..¡Dios mío, qué ha sido eso?
Un estruendo enorme corta mi conversación. Se oyen pasos precipitados y voces airadas y oigo a la reina decir:
_Hoy va a ser el día elegido para mi desventura.
Majestad qué  queréis decir?
_Lo que tenga que pasar, pasará, dijo la reina poniéndose en pie.
La puerta se abre violentamente. Los guardias de la reina intentan contener la entrada de un grupo de nobles armados con espadas y  mazas; no tengo tiempo de fijarme bien pues intento ponerme delante de Hatshepsut para protegerla, pero Xenca y Kiss me sujetan fuertemente al tiempo que ponen sus báculos sobre mis hombros mientras me dicen:
_ ¡Deprisa, es la hora.!
Doy un respingo que casi me hace caer del sofá. Abro los ojos; Xenka y Kis continúan en los cojines junto al radiador y frente a mí. 
_¡Chiquitinas, creo que me he quedado dormida igual que vosotras y el ruido del libro al caer nos ha despertado a las tres, les digo a mis gatas rascándoles sus cabecitas.
 Busco el libro, no lo veo; me incorporo y lo veo en el suelo, lo recojo y vuelvo a sentarme.
Mis gatas me miran, se levantan y ponen sus manitas pobre mis piernas y les repito. " me he quedado dormida como un ceporro y si supierais el sueño que he tenido, no os lo ibais a creer. ¡He soñado que vosotras erais magas y me llevabais a Egipto  y que allí las dos erais las consejeras de una gran reina, nada menos que de Hatshepsut! jajajaj,río conganas. A ver Xenka, estáte quieta que te quito algo que tienes en el cuello, ¡anda, y de dónde has sacado tú esta florecilla tan rara? ya has estado en las terrazas vecinas?Sabes que no me gusta que lo hagas, puedes molestar a sus dueños, pero...Xenka, no es una flor natural, es ¡de vidrio! y no es mía, aunque.. me suena haberla visto antes ¡Ay Xenketa, cualquier día vamos a tener un disgusto con tus correrías!! La guardaremos a ver si alguien la reclama. 
_Bueno,  pues como os decía, estabais muy graciosas con vuestros disfraces,vuelvo a reír. Menos mal que el ruido del libro al caer me ha despertado porque en el sueño la cosa se ponía muy fea. jajaja. Tendremos que preguntar a la tieta M. Jesús qué puede significar el sueño, ¿ No os parece? Ah, y sabéis? Tú, Xenka, en mi sueño te llamabas Bastet, y tú Kiss, te llamabas...cómo era..ah sí, Neith, sí, eso es, Neith. Bueno, princesas, voy a seguir leyendo.
 Ellas vuelven a su cojín.
 Sigo con las aventuras de Charlie Brow y al pasar la página levanto la vista y me parece ver que mis dos gatas se miran y se ríen  y..no, no puede ser ¡ se están guiñando un ojo! y ¡se chocan las manitas delanteras! Me froto los ojos y sacudo la cabeza; las miro y me miran con una mirada tierna,como de no haber roto nunca un plato, al tiempo que me lanzan un cariñoso y mimoso maullido. 
_Aah,vale, les digo. estáis jugando. 
No se cansan de jugar,pienso para mis adentro. Es estupendo que se lleven tan bien.  Al rato dejo el libro y me levanto a preparar algo de cena, la familia debe estar a punto de llegar. El día de reyes ya se acabó, mañana hay que volver a la rutina. Me acerco a ellas, las acaricio al tiempo que les digo: 
_No sois diosas pero, sabéis que os quiero igual, trapellas! 
Ellas se miran para luego mirarme a mí y, en ese preciso momento tengo la certeza de que mis gatas conocen algo que yo desconozco.Y en mi cabeza se abre paso una pregunta: ¿Seguro que ha sido un sueño?
Febrero, 2016




martes, 9 de febrero de 2016

HOMENAJE A UNAS MUJERES GRANADINAS

Estos sinceros versos los escribí  como homenaje a las mujeres valientes de la Asamblea  Clara de Campoamor de la Zubia tras un intercambio cultural entre mujeres,  del que formamos  parte como enfermeras del barrio de Zona Franca, M. J. y yo misma.
 Granada, febrero de 1997

De Barcelona partía
un grupo de diez mujeres.
¡Qué contentas se veían!
Era un quince de Noviembre

El frío corta las risas, 
y lluviosa está la tarde.
¿Dónde irán con este día,
tan sobradas de alegría
y tan cortas de equipaje?

Mujeres de Dona Franca 
así se hacen llamar.
Unidas por ideales .
Y luchan por sus derechos
de cultura e igualdad.

En el pequeño aeropuerto
de la sultana Granada,
otras mujeres esperan.
Y una grita:¡compañeras,
ya llegan las catalanas!

Presentaciones, abrazos,
y emociones encontradas.
Intercambio de experiencias,
y amistad a manos llenas
en ambas partes halladas.

Durante setenta horas 
debaten, enseñan, aprenden
y hablan de sus proyectos
sin barreras de lenguaje,
edad o estatus social.
Simplemente son...mujeres.

Andalucía y Catalunya
se abrazan en hermandad.
Caminando de la mano,
intercambiando culturas,
experiencias y amistad.

Y en la Alhambra Nazarí
la Patrona de la vega
y la virgen de Montserrat,
se están jurando amistad.
Mientras suena la campana 
en la Torre de La Vela.

Proyectos en la mochila
y el alma apesadumbrada,
por dejar a las amigas
en la Zubia de Granada,,
es equipaje de vuelta
de las donas catalanas.

Que la cultura nos llegue
a todas por un igual.
Que ninguna mujer llore
por maltrato o soledad.
Ese fue vuestro mensaje,
y emblema nuestro será.

¡Mujeres de la Asamblea 
 Clara de campoamor!
con cava del Penedés,
va por vosotras mi brindis
de amistad y admiración.
Febrero, 2016

martes, 2 de febrero de 2016

EL VIEJO ROBLE....

Marzo estaba acabando. Las últimas lluvias caídas ya estaban lejos, y en la colina y en el valle los árboles hacían ostentación de los nuevos y vigorosos brotes  que empezaban a lucir sus nuevas y pequeñas hoja. En la colina todo era calma, todo era sosiego; una calma que solo interrumpía el alborotado canto de la muchas y diversas aves que recibían el buen tiempo con alborozo porque ello significaba abundancia de comida que llevarse al buche.
De pronto, a media mañana, unas chillonas y malhumoradas voces sobrecogieron a todos los habitantes de la colina.
-¡eh,eh,fuera de ahí!, ¿pero qué te has creído? vociferaba un hermoso roble repleto de frondosas ramas, ¡Y tú, y tú también, buscaros otro sitio para crecer!
Sus gritos y quejas iban dirigidos a un grupo de tres pequeños brotes, retoños de castaño de indias cuyas semillas habrían hecho germinar las pasadas lluvias.
- ¡Por favor, Roble, qué más te da, tú eres grande y hermoso, tienes ramas suficientes para poder darnos sombra cuando el calor apriete en verano!
-¡Ni hablar! Os ponéis a mi lado y luego me robaréis todo el agua que yo he ido acumulado durante el invierno, no, fuera, fueraaa!!
Una pareja de verderones que intentaba construir su nido entre las altas ramas del Roble también fueron expulsados de malos modos.
- Qué pretendéis, les dijo, ensuciar mis hermosas ramas con vuestros sucios excrementos?¿ Atronar mis delicados tímpanos con vuestros graznidos? ¡Venga, largaos! y uno tras otro fue echando de su entorno a todo el que pretendiera hacer uso de sus ramas o de su espacio.
Quien así gritaba era un viejo y espectacular roble, gruñón y avaro. Algunos brotes y preciosas plantas habían creído poder echar raíces bajo las ramas protectoras de aquel magnífico y viejo Roble, pero se habían equivocado. Cabizbajos y tristes iniciaron el descenso colina abajo en busca de un lugar donde no molestaran. 
De pronto en el silencio se oyó un ¡Mezquino! ¡Mezquino!, repitió la voz, esta vez tan fuerte que lo oyeron todos los habitantes de aquel bosque, y en la colina durante todo el día se estuvo comentando los malos modos y la poca solidaridad del Roble gruñón.
¡Eres tan mezquino como altas son tus ramas! siguió diciendo la voz que, no era otra que la de una Haya joven todavía, sí, pero que ya era una promesa del espectacular árbol que sería dentro de poco. Mientras veía alejarse a los tres retoños expulsados sin saber dónde ir, nuestro compasivo árbol no paraba de pensar..y pensar.."Yo todavía soy pequeño y no tengo gran ramaje pero algo habrá que yo pueda hacer por ellos, y..¡¡Ya lo tengo, ya está. No puedo darles sombra pero puedo darles agua; utilizaré mis raíces, cavaré pequeños pozos subterráneos donde el agua quedará retenida, y de esta forma podré proporcionarles humedad y frescor durante todo el verano".
_¡Eh, vosotros, gritó. Volved que tengo la solución!!. Los pequeños brotes de Castaño de Indias se pararon en seco e iniciaron el camino de regreso, y con una sonrisa de esperanza en sus delgados y cortos troncos corrían colina arriba.
_ Instalaros a mi alrededor, les dijo cuando los tuvo a su lado, pues hay espacio suficiente para todos; y a grandes rasgos les fue contando su proyecto; un proyecto al que se dedicó con entusiasmo pero también con mucho esfuerzo pero, ¡había valido la pena!
Hoy aquella colina luce espléndida porque la iniciativa de aquel compasivo árbol fue adoptada por todos y cada uno de sus habitantes, incluso por el Roble viejo y gruñón, y desde entonces nunca jamás faltó agua subterránea a sus raíces por muy seco que fuesen los veranos.
Esta historia me fue contada hace mucho tiempo por  un alto y vetusto abedul que fue testigo de aquel hecho.
Moraleja: No siempre da más el que más tiene, ni hace más el que más puede.
Febrero, 2016

 RECORRIENDO LA VENECIA DEL NORTE, HOLANDA, EN LA MEJOR COMPAÑÍA. El viaje en cuestión ha sido el regalo que por mi cumpleaños me ha hecho l...