LOS BOSQUES, LA FLORA Y FAUNA DE CATALUNYA, TAMBIÉN OPINAN

Os voy a contar una historia que además de bellísima es pura realidad. No se si sabéis que tengo muchas amigas sabias por fortuna para mí. Los dioses debieron pensar que esas amigas me ayudarían en el áspero camino de la vida y las puso en mi camino. A una de ellas ( Teresa) la vida nos la arrebató, pero sé que sigue ayudándonos desde otro plano. Bien, cada una de estas mujeres sabias ha desarrollado una facultad por encima de otras facultades, pero hay entre todas  una con un don muy particular : conoce el leguaje de la naturaleza. Un lenguaje que a veces es mudo, otras, susurros, incluso a veces se comunica a través del tacto. A esta amiga le daré un nombre en clave, no vaya a ser que el Santo Oficio se entere de sus cualidades y me la quemen por bruja.

Esta sabia mujer( Alba, porque toda ella es luz) al igual que yo, estamos preocupadas por la "hoguera" independentista que reina en Catalunya. Son miles las dudas que nos plantea el problema: problemas de conciencia, de sentimientos, y hasta de culpa. Me explico: Ambas dos vivimos en Catalunya desde tiempos remotos. Nos sentimos Barcelonesas, queremos a esta tierra al igual que nuestros hijos, que sí han nacido aquí. Pero... No tenemos el sentimiento independentista, queremos seguir siendo barcelonesas y españolas, y esto nos crea un conflicto porque ya oímos voces discrepantes: "que si traidores, pues vete a tu tierra, que si quieres a Catalunya no entiendo que no seas independentista" en fin, que estamos hechas un lío. 

Alba que como digo es toda luz y muy lista, me propuso: Oye, se me está ocurriendo algo para saber si hacemos bien o no. Yo no me sorprendí pues bien se yo de sus capacidades, y me puse a oír su ocurrencia.
Verás, me dijo. Tanto los bosques como la fauna y flora de Catalunya estaban aquí mucho antes de que Catalunya fuera Catalonia, no? Por tanto son los auténticos y genuinos aborígenes de estas tierras catalanas. Pues.. sí, le dije yo.
Bien, pues preguntémosle a ellos si tendrían algún problema con que nosotras siguiéramos en Catalunya siendo al mismo tiempo españolas, si nos aceptarían sin ser independentistas, sin que corra por nuestras venas la sangre de Wifredo el Pilós, o si es correcta nuestra postura. Es la única forma de salir de dudas. De acuerdo, le contesté.
Y un buen día del mes de Mayo cogimos el coche ( de Alba) y nos dirigimos a Girona y nos adentramos tierra adentro buscando los bosques que aunque no vírgenes si espesos y verdes por la época estacional. Aparcamos en un claro cerca de un camino de tierra, y nos recorrimos a pie una zona del espeso bosque poblado de arbustos más pequeños. 

Nos detuvimos en un pequeño claro donde lucían hermosos los narcisos, los lirios silvestres, el tomillo, el romero, los botones amarillos de la manzanilla, y las humildes violetas. Se respiraba una paz infinita y un silencio que sólo quebraba el trinar de los pájaros. Alba se paró, contempló el entorno. Levantó los brazos, y dando vueltas sobre sí misma entonó una especie de cántico o plegaria a la natura. A medida que cantaba
empezó a soplar un viento suave y los pájaros callaron. Y a partir de ahí Alba inició una conversación muda con el entorno y me iba informando: " somos bienvenidas, nos acogen con cariño y no les importa que no seamos independentistas. Dicen que el ser humano al igual que todo lo que vive en el bosque no tiene fronteras ni banderas, son flora y fauna del mundo, que la natura dispersa sus semillas por el mundo, a través de la complicidad del viento y los mares y que el ser humano también tiene sus mecanismos para ello, pero que no vivimos como hermanos ni en armonía colectiva". Al ver la cara de incredulidad que debí poner, Alba dijo con voz más  alta: He venido con mi amiga que desgraciadamente no puede comunicarse a nuestro nivel, podríais utilizar un lenguaje visual para ella? Bien, si es que sí moved las ramas dos veces, si es que no, las movéis tres.
Seguidamente Alba hizo las preguntas: os preguntamos a todos los pobladores del bosque por ser los auténticos catalanes desde los albores del tiempo. ¿Nos aceptáis a mi amiga y a mí aunque queramos seguir siendo españolas, aunque no asistamos a la diada del 11S,? ¿Nos permitís seguir viviendo en esta tierra, aunque en nuestro carné diga" nacionalidad española, aunque nuestro ADN no esté emparentado con el ADN de Don Jaime I? 

Después de estas preguntas se hizo un gran silencio, y pude ver cómo los narcisos, se balancearon dos veces hacia delante y hacia atrás. Los grandes árboles movieron sus ramas  dos veces todos al unísono, y lo más sorprendente fue que sin apercibirnos, a nuestro alrededor se habían   congregado decenas de ardillas, liebres, algún gamo o ciervo ( no los distingo), urracas, mirlos, ruiseñores, cuervos, gorriones, verderones,  y un sin fin de especies pajariles que movían sus cabezas abajo y arriba dos veces. 

Me fijé entonces que justo a mi lado había un pequeño y negro cerdito que achicaba sus ojillos al tiempo que movía la cabeza.  A mi me faltaba el aire; mis ojos eran dos fuentes de agua cristalina. No sabía si reír o llorar;¡¡¡¡ La tierra, las piedras, los animales y plantas de Catalunya me aceptaban aunque fuese española!!  Alba también estaba emocionada pero no tanto como yo. Para  ella no era su primera vez, para mí sí. 
Se hizo otro silencio. Alba volvió a concentrarse, y poniendo sus manos sobre el tronco de un viejo alcornoque, fue abriendo sus brazos  hasta acabar abrazándolo, y con los ojos cerrados  me fue diciendo: tienes, tenemos, absolutamente todo el derecho de ser lo que queramos ser en esta Catalunya convulsa, la natura catalana nos otorga esa gracia. Ah, y me dicen que te diga, que no te hace falta entender su lenguaje, que ella, todas las criaturas de la natura te entienden a ti, porque tienes un don especial para protegerla y cuidarla.  

Después de esto Alba dio las gracias y nos volvimos a Barcelona.
Por el camino hablamos de que efectivamente, no teníamos ninguna duda de que nuestros actos eran correctos, y de mi imposibilidad de creer sin ver. Lo reconozco: si no veo, si no entiendo, no creo.
Dias después pensé que sería bonito que la gente conociera esta bellísima historia, y tal como la viví, la he contado.
Ahora ya no me siento como una catalana de segunda, sino de primera, tal como me otorgó aquel viejo alcornoque catalán.