jueves, 6 de agosto de 2015

LAS MATAN..Y SIGUEN, Y SIGUEN MATÁNDOLAS

Estaba cansada. Cansada y asqueada. El día había sido agotador, no tanto por la cadena de montaje donde trabajaba sino por tener además, que soportar las bromas y abordajes mal intencionados de algunos compañeros y,  ¡luego estaban las llamadas!!
¡Dios, nunca se vería libre de él!
Debajo de los frescos chorros del agua de la ducha, intentaba sin conseguirlo del todo, dejar su mente en blanco, sustituir las escenas desagradables por el amoroso recuerdo de las caritas de sus  dos hijas.
Enfundada en el pijama se dejó caer sobre la blanda cama y empezó a organizar minuciosamente su sueño de un futuro mejor y cuyo eje principal eran sus niñas. Eran estos momentos los que más se acercaban a la felicidad si no contaba los que estaba con ellas, y ¡mañana era viernes! A la salida del trabajo cogería su viejo y destartalado coche y pasaría con ellas todo el fin de semana; estos fines de semana era lo que le ayudaban a seguir luchando día a día para conseguir un futuro mejor para sus preciosas niñas. Quería darles un nuevo hogar, tal vez no podría darles todo cuanto a ella le gustaría que tuvieran pero estarían juntas y tendrían una vida normal.
Desde la separación legal de su marido hacía un año, las niñas estaban al cuidado de sus abuelos maternos que vivían en una localidad pequeña a poca distancia de la ciudad.
Ella, harta de los malos tratos que su marido le infringía se decide por fin a solicitar la demanda de separación no sin antes haber denunciado malos tratos una docena de veces y, deseosa de salir de aquel infierno había abandonado el hogar conyugal una vez que el juez le otorgara la custodia de sus hijas. Debido a su precaria economía acordó con sus padres que ella se quedaría en la ciudad, donde trabajaba, y los fines de semana se trasladaría a casa de sus padres y lo pasarían todos juntos. De esta manera ella preveía que le sería más fácil aumentar los ahorros para la adquisición de una vivienda donde pudieran empezar una vida nueva.
Seguía tumbada repasando todos sus proyectos, contando mentalmente cuántas horas extras tendría que hacer para acortar el tiempo al máximo pero, no pudo determinar su número, otra idea se había colado en su cerebro: las llamadas telefónicas y las amenazas de muerte de su exmarido. Él no admitía que "su" mujer le hubiese dejado, y continuamente la importunaba y la amenazaba; ella lo había puesto en conocimiento de la policía y de la justicia, incluso había pedido protección policial que, naturalmente no le dieron.
Los efectos beneficiosos de la ducha se dejaban sentir, y agotada se rindió al sueño mientras repetía quedamente:mañana, mañana volveré a la policía.
Hoy el día se ha hecho eterno. Las manecillas del reloj siempre clavadas en el mismo sitio, o al menos eso le ha parecido a ella. Es viernes pero un viernes muy especial. Hoy es un gran día para ella, por fin podrá hacer realidad su sueño: ya le han entregado las llaves de un piso y, cerca del mismo hay un colegio público donde sus hijas ya tienen plaza.
Ahora piensa en sus padres. Sus queridos padres, que siempre han estado ahí apoyándola, ayudándola, incluso ahora han decidido cerrar la casa del pueblo y venir a vivir con ella una temporada para echarle una mano con las niñas y la casa hasta que ella se organice.
Hoy es uno de los días más felices de su vida; por fin tendrá un hogar conseguido con su esfuerzo. Con gesto desafiante recorre con la mirada la habitación de la pensión donde vive. No es muy acogedora pero piensa que ha contribuido a la reducción de sus gastos y ya ha llegado el momento de dejarla. Se da prisa en acabar su aseo personal, está deseando dar la noticia a sus hijas.
De la recepción le llegan voces airadas pero no presta atención. No es su problema, hoy nadie le puede estropear el día.
De pronto, la puerta de su habitación se abre violentamente. No tiene tiempo de reaccionar. Un marido enloquecido por el odio cae sobre ella y la cose a puñaladas. Cuando llega la policía todo está consumado.
Dentro de unos años, pocos, lo dejarán libre por buena conducta. Tal vez conocerá a otra chica que quizás tenga más suerte que la primera, o tal vez también acabe igual. ¿por qué no le dieron protección cuando la solicitó? ¿Por qué después de las denuncias no se le privó de la libertad?
¡¡Justicia, justicia!! ¿justicia?  Hace tiempo que marchó de este país!!
¿Ficción? ¡Por supuesto que lo es !pero lo tremendo es que la realidad supera a mi imaginación.

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