jueves, 10 de febrero de 2011

¡¡¡¡ A REVEURE, COMPANY !!!!



Recientemente fui invitada a participar en la preparación de los festejos que los trabajadores del Centro de Salud Carles Ribas pensaban organizar en homenaje a un querido compañero médico por su jubilación. El Dr. Miquel Oller es una persona muy querida en los barrios de La Marina y por todo el equipo del Centro. Fue el que abrió las puertas del Centro de Salud como director y el que sufrió al igual que todo el equipo, una apertura desorganizada por parte de la administración (y sé de lo que hablo porque yo formaba parte de ese equipo) y que gracias a la paciencia demostrada por muchos de los vecinos y futuros clientes ante las colas interminables para la apertura de las historias clínicas, y al trabajo y paciencia también, de todo el equipo encabezados por el Dr. Oller y la Adjunta, poco a poco se fueron subsanando las deficiencias de apertura. Todo aquello, queda ya muy lejano pero, si, realmente los inicios como coordinador, fueron duros para nuestro compañero.

Miquel siempre laborioso, callado y compañero. En su último día de trabajo ha recibido toda la cosecha de cariño que él ha ido sembrando durante casi veintidós años. Ha sido conmovedor cómo todo el mundo se ha volcado participando en su homenaje . Han acudido al evento muchos de sus residentes que recibieron sus enseñanzas y que ahora son magníficos médicos, antiguos compañeros que actualmente trabajan en otros centros pero que han querido estar a su lado en esta nueva etapa de su vida; incluso el Muy Honorable Sr. Jordi Pujol que en Septiembre del 89 inauguró personalmente el Ambulatorio , habiendo sido invitado por la directora del Carles Riba a la jubilación del Primer médico, y primer Coordinador que tuvimos, al no poder acudir por motivos de agenda, hizo llegar a Miquel una agradecida carta por su entrega a la profesión y por su compromiso con la salud del barrio. Sin embargo, y aunque Miquel no ha dicho esta boca es mía, sus compañeros sí hemos notado una ausencia: la presencia del director de la Sap o, en su representación, de algún subordinado, y hasta el último momento mantuvimos la esperanza de que aparecieran, pero no, no se presentó nadie. Los casi 22 años de trabajo y dedicación de nuestro compañero, que ha estado siempre presente de forma activa en las distintas comisiones de trabajo ordenadas o sugeridas por la dirección de la Sap, por lo visto no se merecen que con mes y medio de antelación, hicieran un pequeño hueco en sus agendas para dedicarle a nuestro compañero solo el tiempo de darle públicamente un apretón de manos o un cálido abrazo; y esto nos duele. Con su ausencia han vuelto a reafirmar lo que pensamos que somos para ellos: un número, una máquina, personas anónimas sin ninguna relevancia política. Con ello han puesto de manifiesto una vez más, la poca calidad humana de que hacen gala algunos de nuestros políticos. Diferente hubiera sido si el que se iba hubiese sido alguien importante en la política: ¡¡como moscas hubieran acudido para aparecer en la foto!! Honestamente he de decir , que no hizo falta que vinieran, porque nuestro Miquel, además de ser un gran compañero, y un gran médico, es poseedor de una calidad humana muy especial, y así lo demostraron las muchas y sinceras muestras de cariño recibidas .

Miquel: todos los que estábamos presentes en tu despedida, te deseamos larga vida y mucha suerte en esta nueva etapa que inicias.

Un abrazo, compañero¡¡¡

A. del Río. Febrero, 2011

1 comentario:

Anónimo dijo...

LEI HACE DIAS ESTE COMENTARIO DE BLOG. HASTA OI NO PUDE CONTESTAR. Esta bièn escribir sobre cosas y hechos diarios. La jubilación de alguien es un gran acontecimiento en la vida. Es una etapa de llegada a un lugar desconocido.El trabajo es para la gran mayoria el instrumento para estructurar la vida: familiar, vital,personal. Si eso es logrado es como ganar una maraton y que sea celebrado de forma grandiosa. No sale en los periodicos, ni en los telediarios, pero un trabajador es como la sabia que da a la sociedad lo que equivaldria al cuerpo la sangre. Asi que si tus compañeros te demuestran respeto, cariño, admiración es haber conseguido una gran victoria en la vida. Si los jefes no acudieron es sencillamente porque no saben realmente gestionar "su trabajo" que es apoyar, estar, entender a sus subordinados en el "trabajo" pero no en la vida. Le aseguro que en sus jubilaciones faltaran muchas personas esperadas, aunque veyan otras por obligación. Saludos a su compañero y a Vd. por este articulo tan iportante.

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