
Por las características de mi genética: piel muy blanca y cabello rubio, (debido a la feomelanina). El sol directo me molesta, no lo soporto más allá de cinco minutos; sin embargo no puedo vivir sin la luz que los rayos solares proporcionan y, esto viene a cuento porque, hoy Barcelona ha amanecido muy nublada, oscura,triste. Y eso ha influido en mi estado de ánimo: estoy triste, apática, nostálgica.
He salido a la calle,y he visto a la gente lo mismo que el tiempo: seria, anodina, y de repente he notado una claridad que no tocaba, he levantado la cabeza, he alzado la vista y he visto cómo unos tenues y tímidos rayos de sol iluminaba las calles, y he pensado: "Vaya, qué detalle. Las nubes hinchadas y henchidas de vapor de agua, se han apiadado de estas pobres y diminutas hormigas que tapadas hasta las orejas y con sus caras tristes,van arriba y abajo afanadas en un no sé qué, y por un espacio de tiempo exageradamente corto, se han hecho a un lado permitiendo que el sol asomara su amarilla y radiante cara" y he visto cómo cambiaba las caras de las gentes que, levantaban la cabeza y sonreían saludando al sol, pero luego he pensado:¿ habrá sido por piedad de esas nubes hacia el ser humano o habrá sido por todo lo contrario? Porque también ha podido ser para chincharnos un poco; para ponernos la miel en los labios para inmediatamente quitárnosla. Sea por la razón que fuere le he dado las gracias a esos nubarrones negros como la noche porque, por un momento se ha disipado mi nostalgia, por un momento, me ha hecho pensar que todo tiene su tiempo, y en que un día da para muchos aconteceres, malos y también buenos, aunque he de reconocer que vuelvo a estar nostálgica pero, pasará en cuanto los rayos vivificadores del sol vuelvan a hacer acto de presencia. Mañana, seguro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario