HOMENAJE A MÚRIEL

Hace tres días celebramos los cuarenta años de una persona maravillosa, tremendamente humana, excesivamente ética, compasiva, solidaria y leal. Fue una celebración íntima, sin estridencias, y con un aforo muy, muy limitado, tal como ella quería.
Veintiséis años atrás, cuando esta persona cumplía los catorce, yo desde lo más profundo de mi corazón le hice un ruego a la vida, al destino que la aguardaba: que la tratara bien, que no le hiciese mal, que su camino fuese un camino de flores.... 
Años después me he dado cuenta de mi error y de la inutilidad de mi petición pues, cada persona tiene que andar su camino, esté sembrado de rosas o de espinos y, crecer y fortalecerse con cada piedra que la vida ponga en ese camino porque, caer forma parte de la vida y sacar fuerzas para volver a ponerte de pie y caminar nuevamente, es estar viva.
 Pero qué no haría una madre por una hija? Hasta vender su alma al diablo(si tuviésemos alma y existiese el diablo) si con ello te garantizaran la protección total para esa persona que llevaste nueve meses dentro de ti, formándose con células de tus propias células y con sangre  de tu propia sangre. Todo, absolutamente todo, estarías dispuesta a hacer para lograr una vida feliz, sin pesares ni contratiempos para esa persona que es el motor de tu vida.
La vida, el destino , no me hizo caso y a lo largo de esos 40 años le ha puesto a mi niña alguna que otra  pequeña zancadilla pero, también le ha dado la fortaleza, el coraje, la determinación y la inteligencia suficiente para hacer frente a cualquier cosa.
Mi niña es "preciosa" por dentro y por fuera; es una mujer maravillosa y siempre, haga lo que haga voy a seguir estando muy orgullosa de ella.
El día uno de Enero,( tuvo gracia hasta para elegir el día en que sus ojos se abrieran a un mundo desconocido) esa niña cumplió cuarenta años, que no es mala edad. Es esa edad en la frontera de la juventud de hacer locuras y, la frontera de una madurez incipiente, de la serenidad, la responsabilidad y al mismo tiempo la ilusión, las ganas de comerte el mundo, de saber lo que quieres, de estar donde quieres estar, de sacar lo mejor de las cosas ya sean buenas o menos buenas pues, ella siempre ve la botella medio llena. Así es ella, así es de positiva.
Mi niña: sé feliz. Vive tu vida y cuídala. Antes cuidar tu preciosa vida dependía de mí y a ello me dediqué sin tregua, pero ahora guardar el tesoro que eres tú, te corresponde a ti y, te pido que la cuides con esmero. Yo, hagas lo que hagas, decidas lo que decidas, siempre voy a estar ahí queriéndote y apoyándote, aconsejándote lo que yo creo, tal vez egoístamente, qué  es lo mejor para ti.
Feliz cumpleaños. Que cumplas muchos y felices.
Te quiero tita.
Te quiero pubilla de Sants.
Te quiero ratoncilla.

Enero, 2016