domingo, 1 de noviembre de 2015

RECORDANDO A INDI: EL GATO MÁS CARIÑOSO DEL MUNDO

Se cumplen tres años en un día como hoy en que mi precioso gato Indi nos dejó y, no hay día que no nos acordemos de tí, Indi; no hay día que no añoremos tu presencia y todo lo que eso significaba de compañía, de cariño, de demostraciones de adoración por tu parte hacia nosotras.
Habrá mucha gente que no entienda este cariño ni esta forma de recordarte pero es que esas personas no te conocieron, no disfrutaron como nosotras de tu inteligencia emocional, que más que gato parecías un personaje pequeño y peludo con un alma grande, un corazón generoso, unos ojos que hacían las veces de la voz, de las palabras, pues con ellos nos decías cuánto nos querías y que siempre lo acompañabas con esa tu forma de maullar para hacerte entender cualquier cosa que quisieras decirnos y, sabes muy bien que aprendimos a descifrar todo lo que querías comunicarnos en todo momento. Sólo la gente que tiene gatos que sean como tú fuiste sabrán de la estimación que siempre te tendremos.
 Espero que estés en un sitio bueno, y que las brillantes cabriolas de las velitas que tengo encendidas por Teresa y por ti, lleguen hasta donde estáis y sean de vuestro agrado y, no te olvides de guardarnos un sitio a tu lado; ya sabes que Muriel y yo no queremos ir a ningún otro lugar que no estés tú.
Un beso mi precioso Indi.
Noviembre, 2015

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Los animales precedieron al hombre ... o no.... cuando este era solo espíritu probo en que forma se encarnaba y así fue probando animales... uno a uno... y todos le dieron algo de si mismo hasta llegar al hombre que somos, así que amar a los animales es amarnos a nosotros mismos.
ANIMA-l viene de anima, alma.
Que maravillosa experiencia tener en la memoria el amor de una animalillo como Indi.... yo la tengo en Pinxo, aquel gato sabio que dio su vida por la mía...como olvidarnos de ellos

Ascensión del Río Martín dijo...

Conozco, viví la historia de Pinxo y cierto es que salvó tu vida pero, no porque se pusiera delante de un coche que te embestía, o de un animal salvaje que te amenazaba, no, el hecho fue más de intuición, de no sé cómo saber, que vendrían tiempos difíciles para la persona que quería, y tener el convencimiento de que su presencia al lado de esa persona le haría más mal que bien, y en un acto de amor decidió irse él para que su dueña viviera. Aún hoy día me asombra y sigo sobrecogida por la clarividencia de este animalito que sin saber leer, supo desde el primer momento todo, absolutamente todo lo que acontecería .Pinxo se merece un monumento más que muchas personas. Seguro que ahora está con Indi jugando al tiempo que nos protegen.

Anónimo dijo...

Nunca he visto un naranja más encendido, unos ojos de mirada más intensa, unos andares más elegantes y un amor más incondicional. A veces asusta lo que uno puede llegar a querer a un animal. Mi Zapito, tu Indi, lo llevo dentro y va siempre conmigo donde quiera que yo voy...

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