DESALOJO DE LOS INDIGNADOS DE PLAZA DE CATALUNYA

Algunos medios informativos oficiales o no, podrán relatar los hechos como les convengan pero la verdad es que EN NINGÚN MOMENTO del desalojo hubo enfrentamiento con las fuerzas del orden ( yo mejor diría del desorden) por parte de los Indignados , al menos durante las horas que estuve yo ( de 12 a 14h). Teníamos la consigna de “resistencia pacífica” y aunque a veces resultaba difícil permanecer tranquilos dada la contundencia con que empleaban las porras y de que algunos de los nuestros estaban muy nerviosos pero que en todo momento se les pudo contener para que no respondiera a las agresiones, repito que no se respondió a los golpes que los Mossos infringieron a muchos de los compañeros. Pacíficamente los hicimos retroceder hasta la mitad de la Ronda de S. Pere; al ver que se metían en las furgonetas pensamos que habíamos conseguido el objetivo, que se fueran, pero nos engañaron, porque lo que hicieron fue lanzar las furgonetas en zigzag sorteando a la multitud que corría despavorida a ponerse a salvo. Fue tanta la rabia que sentí al ver tratados de esa manera a unos chicos que llevaban días mal durmiendo y mal comiendo, luchando de forma pacífica por una sociedad más justa, en la que todos tengamos los mismos derechos, por un nuevo modelo de sociedad en la que no tenga cabida los políticos corruptos ni los Alcapone del dinero. Sentí tanta rabia, que por un instante pensé: ” a ellos los haréis correr pero a ver si sois capaces de hacerme correr a mi, porque o frenas o ya veremos qué pasa, porque no pienso apartarme. Y sin apenas darme cuenta me planté en medio de la calzada con mi pequeña octavilla levantada donde podía leerse “resistencia pacífica”; la furgoneta avanzaba y cuando me rozó las rodillas, yo inicio un pequeño paso hacia atrás, y la furgoneta frenó. Luego algunas furgonetas aparcaron y volvieron a producirse las agresiones siempre por parte de los Mossos. Creo que a pesar de las felicitaciones recibidas, que lo que hice no tiene mérito alguno, lo podíamos haber hecho todos si hubiéramos permanecido con la cabeza fría. Quiero dejar claro que la excusa del desalojo como su contundencia, pone en entredicho la democracia y la catadura moral de nuestros políticos que una vez conseguido los votos se han quitado la careta de la cordialidad y la comprensión, y por descontado el Conseller Puig, ha de dimitir.

A. Del Río. Mayo 2011