domingo, 20 de junio de 2010

CUANDO EL FANATISMO SE CONVIERTE EN CRIMEN



La acción transcurre en Canada. Una familia pakistaní emigrada y afincada en Canadá desde hace cinco años. Una niña de 11 años forma parte de la familia y que en el momento del drama había cumplido 16. La niña crece, se supone que va al colegio y ha hecho amistades en este su nuevo país. Ella no vive el Islam como lo viven sus mayores. Puede ocurrir que la niña no quiera vivir su religión de puertas afuera, no quiera llevar símbolos externo que pregonen su pertenencia a una religión determinada , o puede simplemente que no quiera pertenecer al Islám , o que no quiera que le adjudiquen las creencias de los suyos, que quiera ser una adolescente más como sus amigas canadienses, y lo manifiesta. Pobre niña, no sabe todavía que ella no tiene derechos sobre ella misma , que todos los derechos sobre su vida los tienen los hombres de su casa, y se rebela. Manifiesta que no quiere vestir según la tradición pakistaní como la obligan a hacer, manifiesta el deseo de trabajar fuera de casa y al serle negado reiteradamente se escapa de esa cárcel en que se ha convertido su casa, una, dos, y las veces que sean necesario porque no quiere la vida que se le impone , pero su padre y su hermano siempre la encuentran. Los hombres de la familia viven la rebeldía de la niña como una mancha en el honor familiar. Una mancha que hay que lavar, pero cómo, si la adolescente no está dispuesta a claudicar. Solo queda una salida para devolver el honor perdido. El asesinato. muerto el perro , se acabó la rabia. Y el padre y el hermano de la chiquilla lo llevan a cabo , la estrangulan, la asesinan . El honor de la familia ha quedado restablecido. ¿ Es esto la sinopsi de una película? podría serlo. Pero no. Es un hecho real ocurrido en 2.007 en Canadá y esta semana se ha sabido la sentencia , aunque aquí no se le ha dado difusión alguna . Tanto el padre como el hermano de la víctima han sido condenados a cadena perpetua. El juez y el fiscal del caso están horrorizados por - según ellos - "el crimen retorcido y repugnante". Esto es lo que yo llamo llevar la religión hasta sus últimas consecuencias: Vivir la religión con tal grado de fanatismo que les anule cualquier atisbo de inteligencia, cualquier espurna de sentimientos filiales , que te permita quitar la vida de tus propios hijos sin remordimiento ninguno porque el honor del islám - o de cualquier otra religión que induce al crimen - y de la familia ha de quedar intacto. Ahora que me digan los hombres musulmanes que son ellas, las mujeres musulmanas las únicas que deciden si llevar velo o no, que sigan negando ante estos ejemplos de barbarie más propios de la edad de piedra, que no son ellos quienes las obligan a acatar sus caprichos . Solo ellas saben y conocen los millones de casos que como estos habrán ocurrido y que siempre son una piedra de toque o de aviso para que aprendan la lección y sigan sumisas. Algunas valientes se han atrevido a criticarlo , a rechazarlo, y han tenido que exiliarse a otros países por estar amenazadas de muerte. Cuanto más voy conociendo las mentes retorcidas de los machos integristas ,más rechazo me producen ellos y su intolerante religión . En las fotos de esta entrada se puede apreciar cómo la propia madre sujeta los explosivos a la cintura del hijo . ¿ Alguien puede entenderlo ?. Yo por supuesto que no.

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