UNA GRAN FAMILIA VECINAL

Un año más la comunidad de vecinos donde

vivo hemos celebrado una cena  en el terrado comunitario. La respuesta este año ha sido incluso mayor que la del año pasado pues, este primer día de Julio de 2017 éramos 21 adultos y 7 niños. A esta convocatoria han asistido vecinos que no pudieron estar en la del 2016 como Cristina y su marido José Luís; la Sra. Margarita que,el año anterior estuvo malita y no pudo asistir aunque se la echó a faltar. También acudió Astrid y sus cuatro hijos que asistían por primera vez. Esta vez también notamos la ausencia de la Sra. Mercedes que por su delicada salud tampoco pudo asistir y, a Oriol que tampoco pudo estar pero, sí estaban su inteligente hijo Martí, Raquel su esposa, una hermana de esta con su hija mayor y la benjamina de pocos meses, una preciosa y risueña criatura, y una amiga muy querida, Mari, vecina de la casa colindante a la nuestra y alma mater de la Asociación Ánfora.
 Todos los demás repetíamos: Los chicos: Joaquín, Toni, Pedro, Eugenio,Paco,Sr. Daura, fueron los encargados de subir los enseres al terrat: mesas, caballetes y, algunas Sras. ayudamos con las sillas y en la preparación de las mesas. Todo el mundo arrimó el hombro, todo el mundo cocinó algo rico para sus vecinos y el resultado fue una larga mesa llena de comida sana y apetitosa para todos. En un momento de la noche la Sra. Margarita nos sorprendió recitándonos un poema de amor precioso, no le conocía yo esas dotes de rapsoda de que hizo gala. Olimpia también nos amenizó la velada con varios sketch muy divertidos. La vena artística y humorística de Olimpia ya la conocíamos y nos reímos un montón con sus actuaciones.Yo también me apunté a la poesía y les recité "el niño y la mariposa"de Rafael Pombo; también quise hacer partícipes a los pequeños vecinos jugando a Antón Pirulero recibiendo todos  como premio una cajita de Mikados, menos la ganadora Judit, nieta de Toñi y Eugenio que ganó dos cajitas por ser la ganadora de la prueba. Eugenio al igual que en el 2016 se encargó de adornar la terraza con banderolas de colores y volvió a ejercer de fotógrafo oficial del evento. Fueron unas horas de camaradería, de risas y complicidad entre una comunidad de vecinos que más parecemos una gran familia por el alto nivel de solidaridad y armonía que reina en ella.
Al igual que el año anterior hicimos un brindis por todos los que nos han ido dejando con el paso de los años.
Ya estoy pensando en las actividades para los más peques para el año próximo, tal vez una pequeña comedia musical infantil, aunque me parece harto difícil.En fín, ya veremos.


Desde aquí quiero dar las gracias a todos y cada uno de mis vecinos por la gran respuesta que dieron a mi convocatoria. Tengo mucha suerte por vivir rodeada de tan buenos vecinos. ¡¡Gracias a todos y, hasta el año que viene!!