A LEONOR

Gracias a la vida por cruzarte en mi camino,

faro Alejandrino de los que te quieren.

Siempre solidaria, ofreciendo un hombro amigo.

Leonor, nunca cambies.

Nunca dejes de ser como eres.

Ascensión del Río.    Enero 97

A TERESA

Olvidar tus problemas,

por pensar en los míos.

Siempre disponible,

si la angustia me azota.

Llorando si lloro.

riendo si río.

Eso es una amiga.

Eso eres tú, Teresa.

Y me quedo corta.

Ascensión del Río.  Oct. 96

LA REALIDAD ERA OTRA

CASTILLOS EN EL AIRE

Era una chica bonita que deseaba casarse,
tener un marido e hijos y una casa confortable.

Soñaba esta muchachita con la llegada del hijo.
No, una niña, decía. Prefiero que sea una niña
con los ojos de su padre y la cara como la mía.
Yo la querré con locura y ella mucho me querrá.
Seremos grandes amigas,  nada nos separará.

Era una madre chiquita y, muy guapa todavía
que mecía a su niñita, que ojos azules tenía.

Al contemplarla soñaba mil aventuras con ella.
Por fin poseía algo que era realmente de ella:
Poseía una familia que cuidaría con mimo
por el resto de sus días.

Y fue creciendo la niña, se hizo adulta y hermosa,
y aquella madre chiquita….
cada día más triste y sola.Se despertó de su sueño.

Aprendió cosas muy tristes: que nadie es dueño de nadie,
que todos piensan en sí mismo,
que la gente es muy cruel
y que reina el egoísmo.

Con sus sueños dispersados, esta madre pequeñita,
se contenta cada día
 con respirar y estar viva.

Ya nada espera de nadie, ni tampoco de la vida.
Come, trabaja y duerme
años, semanas y días.

aunque esté acompañada, siempre está sola y perdida,
y cuando piensa en los sueños
que tuvo de jovencita….,
suspira y dice quedito: ¡Qué gran engaño es la vida!


Ascensión del Río     Diciembre de 1996

MELANCOLÍA

Siempre al acecho estás, Melancolía.
Como el ladrón que espera a su víctima
así espías tú, la puerta del alma mía.

Sin descanso ni sosiego.
Febril locura la tuya
intentando minar de mi vida los cimientos
que, a duras penas consigo
que sea tranquila al menos.

Pero, bien que te conozco, no me engañas.
Sin verte sé que estás ahí, tu presencia noto,
 por eso nunca dejo bajada la guardia.

Desengáñate, desecha esa esperanza.
Pues nunca, óyelo bien, nunca
permitiré tu entrada en mi alma.


Ascensión del Río. Nov. de 1996

A UNA SIERRA GRANADINA.

LA NIÑA Y EL VIENTO

SIERRA ELVIRA

¡¡Qué bella estaba la niña
sobre la torre sentada!!
y el viento, que la está viendo,
de esta manera le hablaba:

Si tú quisieras, mi niña,
contigo me quedaría.
Tendrías brisa en verano
 y calor no pasarías.

En invierno, con esmero,
tu candela avivaría.
Te protegería del trueno,
del frío, el rayo y la llúvia,
y espantaría a la nieve
si es que tú me lo pedías.

¡¡Calla, calla, viento loco!
Yo, contigo, ¡qué osadía!
Si tu cara me da espanto!
Si tu aliento me lastima!
¡¡Vete, vete,viento bobo
y escóndete en Sierra Elvira!!

El viento la está mirando.
El viento la mira, mira…
Y cuanto más la contempla,
más se acrecienta su ira.

Replegándose en sí mismo
se arrastra hasta Sierra Elvira,
en sus ojos lleva impresos
 mil venganzas contenidas.

Con esfuerzo de titán,
su pecho hincha que hincha
almacenando los vientos
de otras Sierras convecinas.

Y en forma de torbellino
desciende por la colina,
y descarga sus pulmones
 con rabia  sobre la niña,
que apenas sin darse cuenta
cae al suelo malherida.

Ascen del Río     Febrero 1997

EN MEMORIA DE XENKA ( MI PRECIOSA GATA)

Tus ojos de un azul purísimo y como el mar, profundos.

Miraban temerosos pero confiados por que yo estaba allí.

Tu vida: para mí, preciosa, atormentada,

para evitarte dolor, segada.

Tu muerte: la prueba de amor más grande

y dolorosa que pude hacer jamás.

Tu ausencia: pesada losa que tendré que sostener

durante todos los días de mi vida.

Querida Xenka: el cariño que me diste

durante catorce años,

hará que siempre haya encendida una llamita

en mi corazón por ti.

Ascensión del Río Barcelona 12 de Abril de 1997

CUANDO YO MUERA

Cuando yo muera,

Mi pobre cuerpo ya inerte,no lo cubrirá la tierra.

No quiero que fría losa,encierre mi alma viajera

impidiéndole volar por bosques y verdes prados

en días de primavera.

Ni quiero que oscuro nicho ,haga enmudecer mi voz,

pues quiero seguir cantando encaramada a las ramas

cual si fuera un ruiseñor.

Pasto seré de las llamas, quiero ser toda quemada.

Y que el fuego purifique toda mi vida pasada.

Y cuando en forma de ceniza, sea esparcida por el bosque,

libre seré ya de ir, y hacer, cuanto se me antoje.

Y libre ya eternamente, mis desdichas se acabaron.

Diré adiós a llantos, luchas y afanes.

Y desde lejos veré, sin que se altere mi ser,

vanidad de vanidades.

Ascensión del Río. Barcelona. Junio de 1997