domingo, 1 de noviembre de 2015

CASTAÑADA , CULTURETA Y UNA QUEIMADA FRUSTRADA.

Treinta y uno de Octubre, fiesta nocturna lúdica, ancestral. Noche de meigas, castañas, moniatos, panellets y queimada, y cómo no, también un pellizco de cultura recordando los versos de Zorrilla de su Juan Tenorio, como la fiesta y el día requería.
Las Mandrágoras, un grupo de mujeres amigas, reunidas para disfrutar de la celebración, pero esta vez sería diferente porque faltaba una del grupo y su ausencia se notó pues la encontramos a faltar, y porque este año teníamos a un nuevo invitado a la velada, un amigo y compañero de trabajo: Edmundo; sí, Edmundo, pero no el Edmundo de otra historia ficticia de este blog, no, este Edmundo es real, de carne y hueso, un señor en toda la extensión de la palabra, divertido, locuaz y educado, que aportó mucho al buen desarrollo de la celebración. Fue una cena divertida y opípara.
Después de la cena M.Jesús se caracterizó de D. Juan y Sensi de la monja doña Inés. Bueno en honor a la verdad Inés más que caracterizada de monja parecía estar disfrazada de fantasma, toda de blanco, sin asomo alguno de toca, toda blanca, como un sudario. En fin, una no es perfecta; sin embargo D.Juan estaba clavado : Botas, bigote negro y bien recortado, capa, espada y sombreo de ala ancha al que no le faltaba ni la pluma; y todo llevado con gracia y porte. El fragmento poético elegido fue aquel que es más conocido, aquel en el que Inés acaba declamando dramáticamente rendida de amor..:¡Don Juan! ¡Don Juan!, yo lo imploro de tu hidalga compasión: O arráncame el corazón, o ámame, porque te adoro!!!!
Y después de la escenificación, llegaba el momento de las meigas: una queimada con orujo como se hace en Galicia, tierra de meigas donde las haya, y aunque yo no creo en ellas, haberlas, haylas. Para ello se preparó el recipiente de barro, los granos de café, la monda de los limones, el azúcar  y la canela en rama (opcional), y lo más importante: el conjuro, en gallego y en castellano. Se enciende la cerilla, se pone en contacto con el orujo y la llama se apaga; se vuelve a intentar y nuevamente falla.Todo el grupo intenta que la llama prenda en el alcohol que supuestamente debería tener el orujo, nada, no hay manera, y cansadas de intentarlo, incluido Edmundo, se opta, con cierta frustración, de renunciar a la queimada previo acuerdo de llevar el orujo al comercio donde fue comprado para que le pongan un marco. El resto de la velada se dedicó a la comunicación, a planear viajes a los que Edmundo se apuntó también, a volver hacer la queimada en fechas próximas y, la promesa de que el año próximo la interpretación de la obra de Zorrilla por las dos Mandrágoras, no la superará ni la insigne María Guerrero.
 A una hora prudente las mandrágoras y Edmundo se despidieron deseándose dulces y bonitos momentos oníricos en los fuertes brazos de Morfeo.

viernes, 18 de septiembre de 2015

ESO QUE ALGUNOS LLAMAN AMOR

Elisa es una mujer menuda pero fuerte y resolutiva, que ha luchado, que ha reído y que ha llorado, y que se crece ante las adversidades. 
En este momento está sentada en un cómodo balacín. A su lado tiene varios álbumes de recuerdos fotográficos. Detiene su mirada en unas fotografías en blanco y negro. Las extrae del álbum, las sostiene entre sus manos y las mira pensativa. 
No hay tristeza ni decepción en su semblante, antes bien, su cara refleja cierto alivio pero, en realidad mirando esas fotos está repasando y recordando mentalmente los momentos y a las personas que originaron esos momentos, esos recuerdos, esas fotografías.
 Se balancea suavemente. Cierra  por un momento los ojos, y ante ella desfilan como si fuese ayer todos los momentos vividos en aquella historia, y piensa....".Fue bonito aquel lejano verano".. Bueno, tal vez bonito no es la palabra que más se ajusta a lo vivido aquel Agosto y todo el año siguiente, se dice a sí misma. 
Fue un encuentro casual como son la mayoría de encuentros. 
Ella y su amiga disfrutaban unos días de vacaciones en una ciudad pequeña y romántica del sur de España, y aquel muchacho alto,( a ella siempre le atrajeron los hombres altos) guapo, educado y con mucho mundo a sus espaldas( esto lo ha descubierto hace muy poco) la encandiló. Ella era inocente, tímida, romántica, y educada en un colegio de monjas, algo que ya presupone una educación muy estricta, pero aquel chico le cayó bien desde el mismo momento en  que él le dirigió la palabra. 
Se llamaba Edmundo y también se encontraba pasando unos días de vacaciones en compañía de un amigo.  Pasaron juntos unos días que para ella fueron increíbles, maravillosos. Cogidos de la mano paseaban por la pequeña ciudad cantando a dúo aquellas canciones que estaban de moda, pero no hubieron besos que no fuesen dados en la mejilla. Todo inocente y puro. 
Y llegó el momento de la despedida. Ambos se dieron sus respectivas direcciones prometiendo escribirse y dándose un tierno beso. 
En este punto del recuerdo la cara de Elisa refleja una serenidad muy cercana a la felicidad, y sigue evocando aquellos días... Acabadas las vacaciones y una vez en sus respectivos lugares donde viven, empieza un carteo diario. Recuerda que el día que no recibía carta  al día siguiente el cartero le traía dos. En ellas se explicaban los acontecer diarios, cómo se acordaban de aquellos días juntos, de la huella que cada uno había dejado en el otro, y de los planes para verse en las vacaciones siguientes. 
Elisa recuerda cómo en Agosto del siguiente año Edmundo les reservó habitación a ella y a su amiga  en una residencia de señoritas en la ciudad donde residía él. Ella esperaba esos días con una gran ilusión. 
El encuentro fue emotivo pero tímido, recuerda... ella no podía dejar de ser como la habían educado, pero realmente sentía un cariño inmenso por aquel chico que en todo momento se comportó como ella esperaba. 
Fueron unos días felices. Edmundo le presentó a algunos de sus amigos y se desvivió porque Elisa y su amiga se llevaran un buen recuerdo de aquellos días. Hicieron planes para seguir viéndose, para seguir escribiéndose, para seguir estrechando y transformando en algo más esa bonita amistad. 
Elisa sonríe recordando el guateque al que las llevó Edmundo una tarde: Fue en casa de unos amigos. Ella no sabía bailar, nunca había ido a un baile, pero a él no le importó y todo el rato la tuvo abrazada y marcándole el paso. Recuerda con cariño los muchos besos que se dieron en las mejillas; besos pequeñitos, suaves, silenciosos, inocentes. En un momento determinado un amigo de Edmundo le dijo a Elisa: "pero qué le has hecho a mi amigo, él no se comporta así con las mujeres".
Y llegó  nuevamente el día de la despedida. Un gran abrazo y dos sentidos besos, como siempre en las mejillas, y la firme promesa de que las próximas vacaciones serían más largas y las pasarían  solos.
De vuelta a las cartas diarias, al trabajo cotidiano, a los estudios y... van pasando los meses. Edmundo en una de sus cartas le dice que quiere formalizar y avanzar en esa relación de amistad. Ella piensa, medita y sopesa varios inconvenientes: el principal, la distancia; no le seduce una relación con tantos kilómetros de por medio, de sobra sabe por sus compañeras de trabajo lo difícil que son las relaciones interpersonales como para embarcarse en una relación seria y de compromiso mutuo a distancia. ¿Quién de los dos dejaría a su familia, trabajo y amigos por una relación incierta? Elisa piensa, piensa.. Y decide que no puede ser, que tiene que dar por terminado algo tan bonito e inocente. Con el corazón destrozado y la cabeza fría informa a Edmundo de su decisión: No puede ser, hay otros planes y debe dar por zanjada esa amistad antes de que le cueste más, y aprovecha la oportunidad de trabajar unos meses lejos de casa. Y aquí pierde su pista, pero no su recuerdo,  pues este, lo tendrá presente en muchos momentos, por no decir en todos los momentos de su vida, ni la sensación de que tal vez se equivocó al tomar aquella decisión, y el tiempo se encargó de idealizar aquellas vivencias, aquel amor truncado.
Elisa sigue recordando su vida a partir de ahí: su casamiento, el nacimiento de su hija, el final de su matrimonio, sus amistades, que han sido su sostén emocional a lo largo de su vida, sus anhelos, sus triunfos, sus frustraciones.... 
A partir de ahora sus cinco pilares serán: su hija, su familia, sus amigas, su trabajo y sus viajes.... Elisa hace memoria de cuántos años después suena el teléfono, y al descolgarlo oye la voz inconfundible de él, de Edmundo, su Edmundo. Una voz nunca olvidada, porque forma parte de un capítulo no cerrado de su vida. Le dice que lleva años buscándola y que ahora que la ha encontrado quiere venir a verla, que nunca la ha olvidado. Él viene a la ciudad donde Elisa reside y se ven. La invita a cenar y hablan. Le cuenta que está casado, que tiene tres hijos. Ella se extraña de que esté felizmente casado y que esté con ella cenando, y con atrevimiento le pregunta si le ha sido infiel a su mujer más veces; él contesta que sí pero que, esta vez no cree que sea infidelidad porque a ella, a Elisa, la conoció antes, y que ojos que no ven, corazón que no sufre. Esta respuesta chirría en el interior de Elisa. No le gusta esta manera de conducirse, no lo ve ético. Después de cenar Edmundo la acompaña a casa e insiste en que se vaya con él a su hotel. Ella se niega. Una vez más choca con la educación recibida: no está bien que ella se meta en medio de un matrimonio. Edmundo la besa repetidas veces intentando vencer su resistencia mientras le susurra que se vaya con él. Elisa vuelve a sonreír ante el recuerdo de su insistencia porque en un momento dado ella se encuentra pensando:"como me lo vuelva a pedir lo mando a la mierda" y piensa sonriendo que lo hubiese hecho porque quedaba claro a lo que había venido Edmundo: A poner una pica en Flandes. Ante la negativa reiterada de Elisa él se marcha despidiéndose para siempre.
En este momento Elisa aún con las fotos en la mano inspira aire profundamente y sigue recordando: Ella sigue con su vida que  podría llamar hasta feliz: su trabajo, que le proporciona grandes satisfacciones, su hija, sus amistades, sus viajes.. Los años se suceden unos tras otros, veloces, raudos. 
Su vida transcurre serena, sin contratiempos importantes si no fuese por la pérdida de algún ser querido, y de nuevo, un día, vuelve a sonar el teléfono. La persona que está al otro extremo del aparato se presenta como un señor que dice que la viene siguiendo hace años a través del blog que ella escribe, que admira su sensibilidad para escribir, pero Elisa ya tiene una intuición más que razonable de que la voz que le habla pueda pertenecer a Edmundo, y al final admite ser él. Conversan largo rato un día y otro. Edmundo le cuenta que se ha separado, que quiere verla, que la quiere, que conserva sus cartas y sus fotografías, que no la ha olvidado, y ella que tampoco ha olvidado aquel amor tan limpio, y que mantiene idealizado aquellos recuerdos, decide ir a visitarlo. Edmundo le ofrece su casa para hospedarse pero Elisa cree que no estaría bien y no acepta. A través de una agencia de viaje reserva plaza en un pequeño  pero céntrico hotel y va en pos de aquel recuerdo de juventud que sigue intacto en su corazón. Este encuentro se desarrolla exactamente como el de la última vez aunque en esta ocasión ella le rodea la cintura en un abrazo mientras piensa que sí, que tal vez se equivocó hace muchos años al cortar aquella amistad. Ambos están muy cambiados, pero no se sienten extraños, ella siente que lo conoce de toda la vida, que puede hablar con él de cualquier cosa con absoluta libertad, pero también es consciente de que no conoce en absoluto cómo es en realidad Edmundo, ni qué cambios habrá operado en él tantos años vividos. No sabe cómo piensa, qué le gusta, ni cuales son sus ideales si los tiene. 
Edmundo la invita a conocer su casa y ella acepta. Él le enseña todas las cartas que Elisa le escribió durante el año y medio que mantuvieron correspondencia, así como las fotografías. 
Pasan tres días en los que él se aplica en  enseñarle la ciudad donde vive y procurando que sea feliz a su lado. Le habla de él, de lo que ha conseguido y le da un paseo en coche por el barrio de élite donde ha vivido haciendo hincapié en la gente importante que vive cerca de él, la importancia del colegio donde han ido sus hijos, un colegio donde también han ido los hijos de algunos ministros y gente de mucho nivel. Elisa a  este tipo de cosas no le da importancia pero, como Edmundo parece disfrutar contándolo ella calla, escucha y anota mentalmente esta diferencia de valores. Hablan de muchas cosas, del motivo principal de su separación, a lo que ella, Elisa, le contesta que no es un motivo para tirar por la borda tantos años de convivencia, que aún está a tiempo de que se solucionen las cosas. En otro momento le confiesa que mantiene relaciones esporádicas con una señora, pero que no es amor, que él a quien quiere es a ella, a su amor de tantos años, que tiene pensado cortar con la señora porque le está comiendo demasiado espacio, y que se lo cuenta porque cree que se lo ha de contar. Ella entiende y así se lo dice, que él tiene que buscar ser feliz en la ciudad donde vive, que no pasa nada, que es normal que busque la compañía femenina, y que ella no busca novio. 
A preguntas de ella  él le confiesa que sí, que le ha sido infiel a su mujer repetidas veces y con distintas mujeres, algo que dada la formación de Elisa no puede aprobar y así se lo dice; él le dice que tiene razón y que entona un mea culpa, pero que lo ha hecho bien, no ha dejado cabos sueltos, y que no hay manera de probarlo. Elisa recuerda que en ese momento, al escucharlo, sintió que algo muy frágil se rompía dentro de ella y  de que conforme pasaban las horas se va dando cuenta de lo diferentes que son, que hay un abismo en sus escalas de valores y en el enfoque de muchas cosas. 
Una tarde se acercan al comercio de un amigo y se lo presenta: "Te presento a Elisa, la única mujer que se me ha resistido". Este comentario a Elisa le suena machista, pero piensa que tiene razón,  y recuerda que se le resistió de jovencita por educación, se le resistió en la madurez  por su ética, puesto que él estaba casado, se le resistió por tercera vez porque una vocecita interior le alertaba de que no cuadraban las cosas, de que no era sincero, de que había venido a conseguir lo que no pudo hacía  demasiados años, a anotar otra conquista en su haber, y se le resistió una cuarta vez, piensa, porque el Edmundo de ahora poco o nada tiene que ver con el que ella recordaba idealizado y guardado en su corazón. No, este de ahora se había convertido en todo lo que ella detestaba en un hombre, lo mismo que ella seguramente se habría convertido para él en el tipo de mujer completamente distinta a la de sus recuerdos y a la que él necesita. Mil veces le dijo que "no buscaba novio, que solo quería recuperar a un amigo, que como novio solo la tendría el tiempo que durara la relación, pero que como amiga la iba a tener siempre, que él valorase qué le interesaba más". Es cierto que los tres días que estuvieron juntos él se dedicó a acompañarla, caminando juntos cogidos de la mano y diciéndole palabras de cariño y de añoranzas . Ahora el gesto de Elisa cambia, mira a lo lejos, y piensa que su añorado amigo  también dedicó tiempo  a vencer las negativas de ella de pasar de los besos a algo más, y una vez más no fue capaz de dar el paso; algo parecido a una señal de alerta se lo impedía. El día de su vuelta a su ciudad, él la acompaña al aeropuerto, y Elisa sube al avión triste y desconcertada. 
Después de este encuentro siguen en contacto; Edmundo le dice que la echa de menos, que la quiere, y le reprocha que ella nunca le diga que lo quiere, y Elisa le deja claro que honestamente no se lo puede decir que, sí es cierto que le tiene un cariño muy especial pero que quererlo, lo que ella entiende por querer...no se lo puede decir sin faltar a la verdad, que tal vez si siguen viéndose y tratándose ese cariño se transforme en amor y que por el contrario, él utiliza la palabra amor con demasiada facilidad. Además, son tantas cosas las que tienen en contra: Él es taurino, ella anti taurina, para él la homosexualidad es vicio, para ella es una cuestión de cromosomas, él es de derechas, ella de izquierdas, él se altera si se le contradice, ella es dialogante, él según sus palabras no ha leído un libro en su vida, le aburren, ella es una empedernida lectora consumidora de libros, él es  religioso, no sabe si practicante o no, Elisa es agnóstica, a él le gusta que le obedezcan, que su criterio prevalezca sobre los demás, ella es una mujer libre y hace y piensa y dice lo que cree que en conciencia debe pensar, decir y hacer.....
Aún con las fotografías en la mano, Elisa se levanta del balancín, va a la cocina y se llena un vaso de agua; con él en la mano vuelve a sentarse, bebe unos sorbos lenta y distraídamente, y nuevamente retoma el hilo de sus recuerdos. 
Después de su vuelta, Elisa prepara sus vacaciones a Noruega desde donde sigue en contacto con él y le envía  fotos de los diferentes sitios que  visita. Él continuamente le dice que la echa de menos, que no se puede quitar de la cabeza el beso que ella le dio cuando faltaban pocos minutos para su marcha.
 Ha pasado un mes desde que Elisa se desplazó para verlo y en ese tiempo han conversado a través del teléfono y a través del wassap. En una de esas conversaciones él le dice que ya sabe lo que le pasa a ella, "que como te has montado una vida muy cómoda no dejas entrar en ella a nadie que pueda alterar esa cómoda vida" Elisa le responde que está muy equivocado; que si no ha abierto esa puerta es porque no ha aparecido nadie digno de que la puerta de su vida, de su intimidad, se abriera, que si lo hubiera habido, la puerta no hubiese opuesto resistencia para abrirse.
  Edmundo le dice que viene a verla. Ella le ofrece su casa pues piensa que si ella ya ha estado en la suya aunque sea de visita ya no hay motivo para que él gaste dinero en un hotel; ella tiene una habitación vacía y puede ocuparla perfectamente. 
Lo recibe en la estación y juntos van a la casa de ella donde le enseña la habitación que ocupará los día que permanezca en la ciudad. Habían quedado que al día siguiente organizarían una comida en casa con sus amigas. Ellas llegan puntualmente y Elisa hace las presentaciones con cuatro de las que vinieron. La comida transcurre de manera cordial a pesar de que Edmundo decide explicarles todos los pormenores de los tres partos de sus hijos. El tema sale a colación de explicar que la profesión del familiar que atendió los alumbramientos era médico ginecólogo. Recordando este episodio, Elisa no puede dejar de sonreír por la estoicidad conque todas soportaron la exposición paritoria.
 Después de comer Edmundo quiere enseñarles la grabación de un vídeo de sus vacaciones familiares en Mallorca donde él sale cantando en un karaoke y aquí sí que algunas amigas no pudieron  disimular lo pesado que les resultaba el vídeo y las explicaciones que iba dando él, sobre el monotema de su persona. Era, recuerda, como un homenaje a él mismo en un arranque de super ego, o eso fue lo que en un aparte en la cocina le comentó una de sus amigas además de decirle que, "no te pega ese hombre Elisa, no hace para ti"; y es que a decir verdad, piensa, a Edmundo no hay nada que le guste más que hablar de él, de sus triunfos, de lo que ha conseguido, del status en el que ha vivido, de la gente importante con la que de forma directa o indirecta se ha relacionado....
Cuando sus amigas se despiden Edmundo recibe una preocupante  llamada de su entorno  familiar( al menos es lo que cuenta) y decide adelantar su vuelta al día siguiente por la tarde porque dice, tiene que aclarar algunas  cosas.
Esa noche cenan en casa. Elisa sonríe al recordar los esfuerzos que tuvo que hacer para controlar las muestras de afecto de él, y esa noche, como la anterior, cada uno se va a su cama después de desearse felices sueños.
Al día siguiente comen en un restaurante a orillas del mar, y a pesar de que a Elisa le gusta y está acostumbrada a compartir los gastos, Edmundo no acepta el trato. Mientras comen él vuelve a decirle que va a cortar la relación que tiene con la mujer que ya le ha explicado, pero Elisa se sorprende cuando le cuenta que al despedirse de ella no le dice la verdad sobre su viaje pues le dijo que se iba unos días a casa de un familiar, le miente, y ante el comentario de Elisa de la necesidad que tiene de mentir, él le contesta que la señora está mucho por él, que ha sufrido mucho y que no quiere hacerle más daño. Esta explicación tampoco le cuadra a Elisa, que mentalmente sigue anotando. Vuelven a casa pues él ha de coger el AVE. Edmundo hace el equipaje y después de unos cuantos besos marchan a la estación, y Edmundo desaparece de su vista. 
En este momento de sus recuerdos suena el móvil de Elisa. Una de sus amigas la llama y atiende la llamada, conversan unos minutos. Al acabar se levanta, deja las fotografías sobre la mesa y sale a la terraza, apoya los brazos en la baranda y mira la gente que pasa por la calle, luego desvía la vista hacia el parque que tiene debajo mismo de su casa y mira los árboles sin verlos, con la mirada perdida en la lejanía, y ajena al trinar de los muchos gorriones que pueblan el parque, ella sigue absorta en sus recuerdos: Edmundo la llama para decirle que ha llegado bien y ella le informa que se ha dejado en el armario cinco camisas, que no se preocupe, que se las mandará por Seur si le da la dirección. Al día siguiente Edmundo ya tiene las camisas en su poder. Recuerda que ella lo llamó por si ya le habían llegado y si le llegaron bien, al mismo tiempo que le pregunta si ya ha aclarado las cosas que tenía que aclarar; le contesta que como no le quiere hacer daño, no ha aclarado nada y que sigue con la relación. Elisa le dice que ya intuía que no lo haría.
Pasan tres o cuatro días en que no sabe nada de él. Por fin él le pone un wassap preguntando como está. Ella le envía un wassap que acaba de recibir y que por parecerle gracioso  también se lo envía a varios de sus contactos: "La ventaja de la mujer después  de los cuarenta es que no  puedes ver las letras pequeñas ni con gafas pero puedes ver a un gilipollas de lejos".
Edmundo le contesta: ¿"Tengo que darme por aludido"? Elisa en broma le dice: "Hombre, depende de si tú te consideras uno de ellos"
Él le responde:" No me hace ni puta gracia. Yo de tu persona podría decir...pero mi ética y mi educación no me lo permite. De gili nada de nada y de lo otro solo hay que comprobarlo".
En este punto la expresión  de Elisa se endurece recordando el episodio y lo que ella le contesta: "Tío, que es un chiste. No sabía que tuvieses tan poca correa, de mi persona puedes decir lo que te dé la gana porque con tu actitud, tú solo te pones en evidencia" y piensa..¿Su ética? de qué ética me habla si en muchos de sus actos no he visto la ética por ningún sitio?
Recuerda que esa tarde se lo comenta a una de sus amigas y esta le dice "si de gili nada de nada, de lo otro qué". ¿De lo otro qué de qué?, responde ella; "hija, de qué va a ser, lo que le sigue a gili"...y entonces Elisa cae en el qué. "si seré tonta, inocente y estúpida que no había caído en ello, porque nunca imaginé que Edmundo se dirigiese a mí en esos términos tan groseros, si hubiese caído le hubiese contestado que tuve varias  oportunidades de comprobarlo pero que no lo hice porque valoré, porque intuí, que no valía la pena tal comprobación".
Aún hoy no entiende cómo se pudo tomar como se lo tomó, aquel chiste, y aún menos que se dirigiese a ella en esos términos barriobajeros, soeces y de amenazas. Bueno, piensa que tal vez lo  entendería  si se tratase de una persona engreída, machista, arrogante, petulante, chulesca, fanfarrona, fachendosa, patética, y le cuesta creer que Edmundo sea una o todas esas cosas. ¿Es esta, piensa,  una manera normal de dirigirse a alguien a quien se dice querer, y por quien según él, ha movido cielo y tierra para poder volver a ver? Elisa mueve la cabeza de un lado a otro como negando tal posibilidad, y dice en voz alta: NO eso no es amor.
Es esta reacción de Edmundo, que no quiere calificar para no ofenderlo, la que desencadena que Elisa tome una decisión, una decisión que no le causa alegría ninguna pero que cree que debe tomar. Una decisión que le trae a la memoria aquellos versos de José A. Buesa : "Te digo adiós, y acaso, con esta despedida, mi más hermoso sueño muere dentro de mí. Pero te digo adiós. Para toda la vida. Aunque toda la vida siga pensando en ti".
 Ella ya tenía sus dudas, piensa, unas dudas que le permitieron mantener a raya los deseos amorosos de él; unas dudas que le hacían pensar que Edmundo no era trigo limpio, que no era como aparentaba, que todo se debía a una estrategia de él para vencer la resistencia de ella, y que por eso mismo no se permitió a sí misma hacer nada que luego se pudiera reprochar, y a ser sincera, le encanta seguir siendo la única mujer que según él, se le ha resistido.
Vuelve dentro de casa, coge las fotografías, las mira por última vez, y despacio y ceremoniosamente las hace trocitos. Su semblante no denota ni pena ni alegría, más bien alivio.Vuelve a inspirar aire profundamente y repite quedo pero con determinación: "Ahora estoy segura de no haberme equivocado cortando  aquella relación hace tantos años, ahora tengo la seguridad de que no me perdí absolutamente nada. ¡Por fin he cerrado este capítulo de mi vida"!
Elisa sonríe mientras piensa que hay vida después de Edmundo. Coge el bolso y las llaves, comprueba que las puertas de las terrazas están cerradas, que todo está en orden, y sale de casa al encuentro de un amigo, compañero de trabajo con el que ha quedado para ir al cine. Aún quedan hombres, piensa, que son capaces de tener amistades con mujeres por el simple placer de una buena compañía, de una buena conversación, de un interesante intercambio de opiniones sin esperar roce carnal alguno. Solo amistad sincera e incondicional.
Cierra la puerta, coge el ascensor, y con paso firme y la cabeza alta sale al asfalto.

Ascensión Del Río. 18/9/2015


viernes, 11 de septiembre de 2015

BREVE REFLEXIÓN IN EXTREMIS.


Supongamos que estamos en Catalunya, una Comunidad Autónoma al Noreste de España y, supongamos que estamos en el mes de Septiembre de 2015, sigamos suponiendo que Rodalías tiene convocada una huelga de trenes para el viernes día 11 de ese mes de Septiembre y, supongamos también  que esa  convocatoria de huelga de trenes coincide con el 11 de Septiembre, día de la Vía Lliure en la Meridiana (concentración de los independentista como demostración de fuerza al gobierno de España) porque los sindicatos creen que al tener que movilizarse la gente ese día para acudir a la manifestación independentista pueden hacer más fuerza para conseguir sus reivindicaciones laborales. ¿Qué suponen Uds. que pasará? Siii, eso mismo que están pensando: Que los sindicatos desconvocan la huelga horas antes de la manifestación secesionista. ¿ Compra-venta de conciencias? Que cada uno haga sus cábalas pero yo, aquí, y ahora digo: Que siento asco de tanta mercadería, que una vez más los sindicatos nos demuestran que perder la dignidad no es nada difícil y que ésta, la dignidad, también es NEGOCIABLE.

domingo, 30 de agosto de 2015

UN VIAJE A NORUEGA CORTO, CONCENTRADO, Y ENERGÉTICO



Siguiendo con mi costumbre de que un viaje al año no hace daño este Agosto me fui por tierras vikingas. Primeramente recalé en Oslo, una ciudad llena de encanto, de jardines con sus diversas flores en su momento más exuberante. Una ciudad abrazada por su  fiordo principal, el Oslofjorden. A decir verdad no me imaginaba la capital de Noruega como la he visto. Me la imaginaba además de más grande y populosa, con otro aire de ciudad costera, marinera y un poco rústica y, no ha sido así en absoluto. Oslo cuenta con buenas ofertas culturales que se palpa caminando por sus calles: Varios e importantes museos, un Teatro de la Ópera, un Teatro Nacional,la universidad más prestigiosa de Noruega fundada en 1911, el Vigelandparken o el parke de las esculturas que abarca más de 32 hectáreas. Fue creado por Gustav Vigelan. Es una exposición permanente al aire libre. Cuenta con 230 esculturas de figuras humanas cuyo atractivo principal es el llamado Monolito que forma una columna de personas desnudas y entrelazadas. El Palacio Real, la catedral(Oslodomkirke) del Salvador de estilo barroco construida en 1697 y de culto luterano. La Fortaleza, que alberga en su interior El Castillo,y diversos monumentos emblemáticos como el Ayuntamiento con sus dos inconfundibles torres que se avistan desde cualquier punto de Oslo y cuyos salones están decorados con pinturas murales de los mejores pintores noruegos, entre ellos Eduard Munch(el del grito). En una de las torres hay varios estudios para los artistas que quieran trabajar allí de forma gratuita, o la forma redonda de su Parlamento o Stortinget cuyo diseño se debe al arquitecto Victor Langlet que finalizó la obra en 1866, consta de cámara alta y baja y en él se elige al ganador del Nobel de la Paz. Oslo cuenta además con gran cantidad de espacios verdes que hacen las delicias del paseante.

El palacio real fue construido para el rey de Suecia y Noruega Carlos XIV entre los años 1823 y 1848 y al independizarse Noruega en 1905 previo referéndum  el palacio pasó a ser patrimonio de la casa real Noruega.
Es en el ayuntamiento de Oslo donde cada 10 de Diciembre se hace la entrega del premio Nobel de la Paz.
Noruega en general está rodeada de lagos, fiordos, y antiguos glaciares muchos de los cuales aún acumulan centímetros de nieves perpetuas en verano alcanzando alturas importantes en invierno y, esto permite que por efecto  del deshielo surjan cataratas alrededor de esas paredes de montañas que parecen cortadas en pico y que con el fluir continuo del agua van puliendo y modelando las cimas y las paredes de las altísimas rocas.
Ha sido algo espectacular e inolvidable adentrarse a través de imposibles, estrechos, y majestuosos fiordos, contemplar tanta naturaleza en su estado más puro, disfrutar de un entorno tan sumamente bello y armónico que no creí que pudiera existir. Por ejemplo el fiordo Geiranger que es una rama del fiordo Starfjor fue declarado patrimonio de la humanidad. Los distintos glaciares como el glaciar Briksdal de 450 km2, el Mirador de las Águilas, o la pasarela Strontigen(Escala de los Troll) cuyos nombres ya nos dan una idea del tipo de paisaje y de la dificultad de acceso a sus cumbres. Dilanger, Alesund, Ginelsi, Loden, Slom, Olden , Bergen,
son poblaciones dignas de ser visitadas por el bello entorno natural y que son remansos de paz para el viajero.
La comida bien,  eso si, el salmón cocinado de mil formas pero rico, la carne de reno o de ballena que, no he querido probar. En cuanto a españoles, mejor dicho jóvenes españoles trabajando sobre todo en hostelería y de ambos sexo hemos topado con muchos, pero muchos. Algunos nos explicaban que trabajan una media de 12 horas diarias.
Ha sido uno de los viajes más descansados ( a pesar de haber subido y bajado montañas a pie) solo comparado al que hice en Patagonia, tal vez sea por haber estado en contacto directo con una  naturaleza aún sin contaminar, naturaleza en la más amplia expresión de la palabra.
Aún conservo en la retina el azul y el verde de las aguas de los fiordos, la altura y el corte en vertical de sus inaccesibles montañas de roca pura, las diferentes cascadas, como la de El Velo de la Novia, la explosión de su vegetación  y el azul de las nieves de sus glaciares.
Sí, ha sido un viaje a Noruega corto, pero concentrado en esencias saludables para el espíritu y, energético por la carga de energía positiva con que la madre naturaleza me ha cargado las pilas.
 Ojalá conserve por mucho tiempo la energía y la curiosidad suficientes para seguir haciendo lo que tanto me gusta: conocer otras culturas, otras formas de entender la vida, pues ello te da otra dimensión de los aconteceres diarios en la vida del ser humano.
A. Del Río. Agosto, 2015

martes, 11 de agosto de 2015

REENCUENTRO CON LOS AMIGOS.


Pocas cosas hay en esta vida tan gratas como reencontrarte con aquellos amigos a los que, a pesar de tenerlos siempre presentes no los vemos en muchos años. Un buen día decides que ya está bien, que no hay distancias ni circunstancias insalvables y te plantas allá donde viven los que antaño compartieron muchos momentos de tu vida. Y hete ahí, emocionada, abrazando a las personas tantas veces recordadas y, sentados alrededor de una mesa, en el porche de la casa, al fresco, tan enzarzados en contarse tantas cosas como hay para contar que, ni te das cuenta de que hace horas que el sol hizo mutis, de que las sombras  todo lo envuelven, pero el grupo sigue ahí conscientes de que hay que apurar el tiempo, dilatarlo lo más posible porque posiblemente no se vuelvan a ver en mucho, en muchísimo tiempo. Y te das cuenta de que a pesar de los años transcurridos conservas la misma confianza que tenías en esos amigos para hablar de todo, con naturalidad absoluta porque los amigos con mayúsculas, los que lo son de verdad, no los cambia ni el tiempo ni la distancia.
¡Gracias, Milagros, gracias José Luís! Disfruté de vuestra acogedora compañía; hicisteis que  tanto yo como mi acompañante nos sintiésemos como en nuestra casa, tanto, que me dice que os diga que le gustaría volver a repetirlo. Yo también lo espero. Ah, y si París bien vale una misa, yo digo que Madrid también vale no una sino cientos.
 A. Del Río.Agosto2015

jueves, 6 de agosto de 2015

LAS MATAN..Y SIGUEN, Y SIGUEN MATÁNDOLAS

Estaba cansada. Cansada y asqueada. El día había sido agotador, no tanto por la cadena de montaje donde trabajaba sino por tener además, que soportar las bromas y abordajes mal intencionados de algunos compañeros y,  ¡luego estaban las llamadas!!
¡Dios, nunca se vería libre de él!
Debajo de los frescos chorros del agua de la ducha, intentaba sin conseguirlo del todo, dejar su mente en blanco, sustituir las escenas desagradables por el amoroso recuerdo de las caritas de sus  dos hijas.
Enfundada en el pijama se dejó caer sobre la blanda cama y empezó a organizar minuciosamente su sueño de un futuro mejor y cuyo eje principal eran sus niñas. Eran estos momentos los que más se acercaban a la felicidad si no contaba los que estaba con ellas, y ¡mañana era viernes! A la salida del trabajo cogería su viejo y destartalado coche y pasaría con ellas todo el fin de semana; estos fines de semana era lo que le ayudaban a seguir luchando día a día para conseguir un futuro mejor para sus preciosas niñas. Quería darles un nuevo hogar, tal vez no podría darles todo cuanto a ella le gustaría que tuvieran pero estarían juntas y tendrían una vida normal.
Desde la separación legal de su marido hacía un año, las niñas estaban al cuidado de sus abuelos maternos que vivían en una localidad pequeña a poca distancia de la ciudad.
Ella, harta de los malos tratos que su marido le infringía se decide por fin a solicitar la demanda de separación no sin antes haber denunciado malos tratos una docena de veces y, deseosa de salir de aquel infierno había abandonado el hogar conyugal una vez que el juez le otorgara la custodia de sus hijas. Debido a su precaria economía acordó con sus padres que ella se quedaría en la ciudad, donde trabajaba, y los fines de semana se trasladaría a casa de sus padres y lo pasarían todos juntos. De esta manera ella preveía que le sería más fácil aumentar los ahorros para la adquisición de una vivienda donde pudieran empezar una vida nueva.
Seguía tumbada repasando todos sus proyectos, contando mentalmente cuántas horas extras tendría que hacer para acortar el tiempo al máximo pero, no pudo determinar su número, otra idea se había colado en su cerebro: las llamadas telefónicas y las amenazas de muerte de su exmarido. Él no admitía que "su" mujer le hubiese dejado, y continuamente la importunaba y la amenazaba; ella lo había puesto en conocimiento de la policía y de la justicia, incluso había pedido protección policial que, naturalmente no le dieron.
Los efectos beneficiosos de la ducha se dejaban sentir, y agotada se rindió al sueño mientras repetía quedamente:mañana, mañana volveré a la policía.
Hoy el día se ha hecho eterno. Las manecillas del reloj siempre clavadas en el mismo sitio, o al menos eso le ha parecido a ella. Es viernes pero un viernes muy especial. Hoy es un gran día para ella, por fin podrá hacer realidad su sueño: ya le han entregado las llaves de un piso y, cerca del mismo hay un colegio público donde sus hijas ya tienen plaza.
Ahora piensa en sus padres. Sus queridos padres, que siempre han estado ahí apoyándola, ayudándola, incluso ahora han decidido cerrar la casa del pueblo y venir a vivir con ella una temporada para echarle una mano con las niñas y la casa hasta que ella se organice.
Hoy es uno de los días más felices de su vida; por fin tendrá un hogar conseguido con su esfuerzo. Con gesto desafiante recorre con la mirada la habitación de la pensión donde vive. No es muy acogedora pero piensa que ha contribuido a la reducción de sus gastos y ya ha llegado el momento de dejarla. Se da prisa en acabar su aseo personal, está deseando dar la noticia a sus hijas.
De la recepción le llegan voces airadas pero no presta atención. No es su problema, hoy nadie le puede estropear el día.
De pronto, la puerta de su habitación se abre violentamente. No tiene tiempo de reaccionar. Un marido enloquecido por el odio cae sobre ella y la cose a puñaladas. Cuando llega la policía todo está consumado.
Dentro de unos años, pocos, lo dejarán libre por buena conducta. Tal vez conocerá a otra chica que quizás tenga más suerte que la primera, o tal vez también acabe igual. ¿por qué no le dieron protección cuando la solicitó? ¿Por qué después de las denuncias no se le privó de la libertad?
¡¡Justicia, justicia!! ¿justicia?  Hace tiempo que marchó de este país!!
¿Ficción? ¡Por supuesto que lo es !pero lo tremendo es que la realidad supera a mi imaginación.

sábado, 1 de agosto de 2015

REDONDILLAS (Para los amantes de la poesía: Sor Juana Inés de la Cruz)

   Hombres necios que acusáis
a la mujer sin razón,
sin ver que sois la ocasión
de lo mismo que culpáis.
   Si con ansias sin igual
solicitáis su desdén,
¿por qué queréis que obren bien
si las incitáis al mal?
   Combatís su resistencia,
y luego, con gravedad,
decís que fue liviandad
lo que hizo la diligencia.
   Parecer quiere el denuedo
de vuestro proceder loco
al niño que pone el coco
y luego le tiene miedo.
   Queréis con presunción necia
hallar a la que buscáis,
para pretendida,Thais,
y en la posesión, Lucrecia.
   ¿Qué humor puede ser más raro
que el que, falto de consejo,
él mismo empaña el espejo
y siente que no esté claro?
   Con el favor y el desdén
tenéis condición igual
quejándoos,si os tratan mal;
Burlándoos, si os quieren bien.
   Opinión ninguna gana,
pues la que más se recata,
si no os admite, es ingrata
y si os admite, es liviana.
   Siempre tan necios andáis,
que con desigual nivel
a una culpáis de cruel
y a otra por frágil culpáis.
   Pues ¿cómo ha de estar templada
la que vuestro amor pretende
Si la que es ingrata ofende
y la que es fácil enfada?
   Mas entre el enfado y pena
que vuestro gusto refiere,
bien haya la que no os quiere
y quejaos en buena hora.
   Dan vuestras amantes penas
a sus libertades alas,
y después de hacerlas malas
las queréis hallar muy buenas.
   ¿ Cual mayor culpa ha tenido
en una pasión errada:
la que cae de rogada,
o el que ruega de caído?
   ¿O cual es más de culpar,
aunque cualquiera mal haga,
la que peca por la paga
o el que paga por pecar?
   Pues ¿para qué os espantáis
de la culpa que tenéis?
Queredlas cual las hacéis
o hacedlas cual las buscáis.
   Dejad de solicitar
y después con más razón
acusaréis la afición
de la que os fuere a rogar.
   Bien con muchas armas fundo
que lidia vuestra arrogancia,
pues en promesa e instancia
juntáis diablo, carne y mundo.


 RECORRIENDO LA VENECIA DEL NORTE, HOLANDA, EN LA MEJOR COMPAÑÍA. El viaje en cuestión ha sido el regalo que por mi cumpleaños me ha hecho l...