Ya no estás. Te marchaste una mañana de Julio, sin una queja, sin un ruido, con las caricias que la mano de una princesa de ojos azules nublados por las lágrimas te prodigaba mientras te susurraba palabras afectuosas, palabras de amor filial. ¿ las oías? Yo creo que sí, que te fuiste con la certeza del cariño y la dedicación intensa que recibías de ella.
Sinceramente creo que fuiste un hombre feliz, si por felicidad se entiende que viviste como tú decidiste vivir. Y para ello no tuviste que renunciar a nada porque nada fue para ti tan importante como perseguir tu sueño, que era la pintura, el arte en sí, la creatividad;
así que si por conseguir tu sueño apartaste, o dejaste a un lado otras cuestiones, incluso personas, no supuso para ti renuncia o sacrificio alguno pues, nada ni nadie pasaba por delante de tu vocación pictórica, que hay que reconocer fue dilatada, extraordinaria, valorada, y admirada.
Tú te has ido pero con nosotros queda tu recuerdo y tu obra que siempre nos hablará de ti, de tus distintos estados de ánimo, de cómo veías la vida, las cosas cotidianas, imprimiéndoles ese sello personal tan tuyo.
Descansa allá adonde quieras que estés, y por favor, si puedes, ahora que vas a tener tiempo, cuida de esa nuestra princesa de ojos azules que te cuidó y recogió tu último suspiro, tu último aliento.
Adiós. Tal vez nos volvamos a ver, o tal vez no. Esto es algo que nadie sabe.
Buen viaje, Manolo. Buen viaje Manolillo.
2 comentarios:
Exquisito. No se me ocurre ningún comentario. Un hombre con suerte, con suerte de ser querido a pesar de su exquisito egoísmo. Descanse en paz
Cuida de nosotras, desde allá donde estés
Publicar un comentario