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Bueno. A tu madre la encontramos como siempre: guapa, con una lucidez envidiable y con una energía tremenda. Tu padre, el Sr. Joan, también lo encontré incluso mejor que la última vez : muy comunicativo, hasta gracioso, un color saludable en la cara que para mí lo quisiera, a pesar de que ha tenido unos problemillas de salud sin importancia. Tu madre nos hizo chocolate a la taza y un bizcocho que daba gloria olerlo y ¡no te cuento lo bueno que sabía!; tú siempre me decías lo buena cocinera que es cuando me explicabas algunas recetas de los guisos que te solía hacer. ¡Ah, y el chocolate lo comimos con cucharitas de plata, todo un lujo!!
Nosotras les llevamos unos pastelillos y un pañuelo para el cuello a ella y una bufanda moderna a él y, pareció que les gustó a los dos.
Estuvimos mucho rato sentados tranquilamente, hablando de todo, hasta de política, porque sabes que siempre es una delicia conversar con ellos. Luego salimos al jardín y les hice fotos entre los limoneros y demás arbustos. Tu padre dejó salir a las gallinas al patio y era gracioso verlas cómo picoteaban aquí y allá, incluso nos trajo a una y la estuvimos acariciando; luego nos preparó un ramo de laurel y romero para cada una, y limones de los limoneros, grandes, prietos, y olorosos. Me gustaría que una de esas fotos encabezara este escrito pero antes debo pedir su permiso, sin su conformidad, no la publico.
Estuvimos tres o cuatro deliciosas horas con ellos, luego con pena nos tuvimos que despedir no sin antes, oh, sorpresa, obsequiarnos con esas cocas de llardóns que tan buenas le salen, una a cada una. Tu madre nos acompañó al autobús, y pusimos rumbo a Barcelona, esta vez en el medio de transporte adecuado.
Teresa, tus padres están bien, se nota que los cuidas, y muy bien por cierto, pues están muy bien de salud; de lo otro, no hay nada ni nadie que pueda remediarlo :Tu ausencia, tus abrazos, tu cariño.
Yo me consuelo con hablarte, con escribirte contándote los aconteceres que, aunque sé que tú estás al corriente de todo, me consuela poder contártelo, me hago a la idea de que estás lejos y que un día u otro reaparecerás.
Teresa acabo de hablar con tu madre y me ha dado permiso para insertar la fotografía del jardín, y a ellos dos al lado de los limoneros. Ahora cada vez que abra este blog, que me sirve para mantener los demonios fuera, los veré a ellos. Míralos, ¡¡están guapísimos!! ¡Qué suerte tuviste en el reparto de padres!!
Un beso enorme y muchos abrazos te envío en una nube algodonosa, que ociosa y curiosa, viaja a lo largo y ancho del cielo y, me ha prometido que te los hará llegar.